Un levantado
Ay, Luis, que le ha dado hambre nocturno y se prepara unos cereales. El resto, continúa en blanco y negro. Mañana vendrá el color.
Ha sido una mañana tranquila. La prueba les ha tenido ocupados y bastante centrados. Luca y Cristina han tenido uno de sus rifirrafes porque Luca le ha aconsejado cómo ser más efectiva con las llamadas y ella se ha sentido atacada. Nada que no hayan solucionado al rato. No lejos de la centralita, Adara escuchaba a Cristina hablar en inglés y la calificaba como “la resabiada de la clase”. También ha tenido tiempo de comentar con Miguel la inesperada nominación de Sandra. Miguel echa e falta una explicación y Adara opina que Sandra no se arrepiente. A parte de eso, Miguel no ha parado de fregar. Cada vez que terminaba con lo que había, nuevas apariciones en el fregadero le hacían volver a la tarea.
Puestos en los antecedentes más cercanos, conectamos con la casa.
Ay, Luis, que le ha dado hambre nocturno y se prepara unos cereales. El resto, continúa en blanco y negro. Mañana vendrá el color.
La casa sigue en riguroso blanco y negro.
Hasta el mono.
Julen y Sandra se acuestan. Las luces se apagan también en la habitación naranja y con esto entra el blanco y negro.
En la habitación rosa ya les han apagado las luces. En la naranja, Miguel asegura que si le dieran un micro despertaría a toda la casa "con voz de marciano". "Buenas noches, no tengo sueño", dice Miguel que diría en el micro con voz de marciano. Sandra y Julen llegan de la cocina y exterminan las moscas que pueden. Luego Sandra cierra la puerta "para que no entren más" y se acuesta. "Hasta mañana, chicos", se despide Adara quitándose el micro. Miguel aún se queda pensativo retorciendo su cable. Julen se resiste y pasea solo por la casa.
Sandra y Julen se levantan a por cereales. Adara se despide hasta mañana y el testigo de la esperanza nocturna queda en la pareja. Julen aplasta los cereales haciendo más ruido del necesario. "¿Me quieres decir algo?", interpreta Sandra. "Vaya mierda de masaje me has dado", le dice él. "¿Perdona? Pues no te doy más", responde Sandra con una sonrisa extrañada. Julen le dice que que ayer él le dio un masaje hasta que ella se durmió y se sigue quejando del masaje que le ha hecho Sandra. "Me has hecho un masaje porque te tocaba a ti", insiste él. "Encima", protesta ella. Julen rebaja y le dice que era una broma, pero añade que otras veces se lo ha hecho mucho mejor y que esta vez "ha sido un poco caca". Así que Sandra se sube la capucha y le ignora. Y Julen decide que lo mejor que puede hacer es imitar ruiditos de masticación muy cerca de su cara y sacarle la lengua junto a los ojos. "Venga, no te indignes", le pide. "Que sólo te he dicho que ha sido..." dice Julen. "...una mierda", termina Sandra sin mostrar verdadera indignación. Y le asegura que ha sido el último que le ha hecho. Aunque no parece que sea una afirmación muy firme.
Luego Julen le cuenta un sueño que ha tenido y después Sandra decide que le espera en la cama mientras él friega su taza.
Sandra y Julen ya están en la cama también (Jesús y Luis han caído hace rato). Aún no duermen. Sandra le hace caricias en el lomo. Poco después las caricias se han convertido en un masaje de espalda sin camiseta y con crema. Miguel llega al dormitorio y va directo a su cama.
En la habitación naranja, Cristina y Luca están abrazados y en la cama. Dani con su antifaz y un osito de peluche. Realización muestra la silla del baño solitaria, la estancia vacía.
Adara es la última esperanza.
En el baño Cristina le seca el pelo a Luca. "Me voy a dormir", le dice cuando termina. Luca se queda a solas con el secador. En la cocina, Adara canturrea mientras friega. Luego va a la lavandería e inspecciona un montoncillo de ropa con Sandra. Hay un bañador de Fiama y alguna otra cosa sin dueño. Dani prepara una lavadora de ropa blanca. Sandra le aconseja dejarla preparada para mañana. "Si la pones ahora y se queda toda la noche, puede coger olor a humedad".
Luca le dice a Cristina que ha cenado sobras de grabanzos y musaka, cuatro o cinco kiwis (no sabe) y ahora un té con cereales.
En el salón ya han terminado con Dani. Al menos no se le ve. Miguel está tumbado en el sofá y Sandra y Adara van a cenar algo. Adara busca su musaka, pero no la encuentra. Luca dice que él se ha comido la suya y que tiene que haber otra. Cristina y él le proponen donde puede estar. Adara sigue buscándola y al final la encuentra junto a la vitro. "Que si no, no pasa nada", asegura Adara una vez la ha encontrado. "Me parecía raro", añade.
En el baño Dani se lava la cara con gesto de dolor.
Luca ya va por el postre, unos kiwis. Cristina llega del baño. El secador se apaga porque se calienta. Así que se abraza a Luca mientras el secador se enfría.
"¿Qué significa esto?", pregunta Cristina al rato. Y le enseña a Luca una pulsera que se compró llena de tréboles de cuatro hojas. "Ya sólo quedan dos. Los demás se han caído", le dice. "Sólo me quedan dos oportunidades", decide ella el significado
Luca en albornoz busca qué cenar en la cocina. Cristina se seca el pelo.
A Dani le están pinchando con una aguja. Luca, que pasa por ahí con su plato de cena, se alarma: "queda cicatriz, nunca se pincha con una aguja. Nunca". Pero es tarde: "uuuuf, ya está saliendo", avisa Adara. Jesús sigue dócil boca arriba dejando que le hagan.
Jesús se va a la cama. Busca su rosario, luego deja sus labios marcados en un pañuelo con las siglas JMD y después se entretiene con su pañuelo azul y rosa.
En el salón Sandra le aprieta a Dani la nariz y Miguel se une a Adara y los "qué asco". A coro.
Algunos han caído:
Mejor con perspectiva:
Concretamente:
Poco después Adara y Sandra lo dan la vuelta y se dedican a sacarle granos. "¡Qué asco!", si Adara no lo ha dicho diez veces, no lo ha dicho ninguna. Miguel observa de cerca y muy atento. "Trae las pinzas con luz", pide Adara. Y con ellas ilumina y Sandra despioja. Dani debe estar de muy buen humor porque no sólo se deja. También se ríe. Adara igual ya ha dicho su frase 20 veces o ninguna. Miguel opina que se la podría poner de tono para un ex. Adara ya va por 30. Y Sandra los describe: "este es de tipo espagueti".
Llegados a este punto, en la señal plus el padre Luis duerme pensativamente:
Sandra se anima y elige una frase para decirle a Julen. "Sólo quiero decir que estoy agradecida por tu existencia", traduce Miguel.
"Tenemos una amistad a prueba de todo y todos", es la frase en chino que lee Frigenti para Adara y Julen traduce. Adara se la devuelve con "sé que el mar sin ti eventualmente será un desierto". "Me alegra que lo sepas", asegura Miguel.
Sandra recupera el libreto y encuentra proverbios coreanos. "Siéntate pacientemente junto al río y verás el cadáver se tu enemigo pasar", Miguel lee en indescifrable y luego traduce. "Ya lo he dicho todo", dice levantándose a por agua.
En la cocina, Sandra se hace las uñas y Adara se mira las suyas. Miguel se le acerca por la espalda y la masajea. A Adara le encanta. Poco después Miguel lee chino con voz de colegiala anime. Es muy raro. E inquietante.
Sé que sin ti el mar eventualmente será un desierto, traduce Julen.
La belleza se encuentra en los ojos del espectador.
Sin ti no puedo respirar, no soy nada sin ti.
Aprecio la obra maestra que eres, porque sólo tu existencia es arte.
Te robaste mi corazón y te regalo mi amor.
Estas son las traducciones de Julen. Y luego al revés. Julen lee en chino con voz de gaviota afónica. Miguel da las mismas traducciones que Julen hace un rato. De modo que todo apunta a que realmente esas son las frases que tienen en el libreto. No está claro qué pasa si llaman a China y le dicen esas cosas a un desconocido por teléfono.
Luis sale de la ducha y vuelve a su tema estrella: no consigue contactar con Canadá. Pero resulta que Jesús sí ha conseguido hablar con ellos. "¿Y por qué a mí no me cogen?", Luis no encuentra explicación.
Jesús lava un pañuelo. Dice que lo lava cada dos días porque le gusta olerlo. Todo apunta a que se lo dio su chica, pero no está claro entonces porqué lo lava. Dani se pregunta por su chica y Luca le vacila: "yo creo que lo mejor es que la olvides. Porque ella ya te ha olvidado. Para que no sufras". Dani le dice que lo que le diga él o Julen no hace caso: "porque vosotros no tenéis a nadie fuera y aquí sí".
En la cocina se preguntan en qué momento se revelará cuál es la esfera premiada, si lo harán estando ellos en la casa o al final del concurso.
En el baño, Jesús busca un secador para secarse los pies. "¿Tú haces esto cuando sales de la ducha?", pregunta. Cristina responde que no. Ella de lo que está pendiente es de un albornoz "que siempre está ahí". Quiere saber de quién es y si no aparece dueño, amenaza con llevarlo a la lavandería. No se sabe bien lo que le molesta del albornoz, si es que no sabe de quién es, si es que no se mueve de donde está desde hace días o simplemente que no tiene controlados los detalles de la prenda. Pero insiste.
Cristina y Luca acaban su entrenamiento y entran en la casa. Junto a Dani, Julen y Sandra cuentan las banderas que han hecho. Después de contarlas varias veces han sumado 26 banderas. Luca cree que tienen que hacer unas 33 para asegurarse la prueba: "por cada fallo, te quitan una", les dice. Sandra y Dani apuestan fuerte: "yo las haría todas".
Intentan decidir quién lo hace en directo mañana. Miguel, Luca y Cristina ya han conseguido las tres banderas mínimas que les piden.
Luca y Cristina hablan de las reglas del juego de los secretos. Luca opina que con lo que saben ahora, lo mejor es que tu secreto se desvele cuanto antes y así nadie puede quitarte tu bola. También se preguntan si habrá alguna dinámica nueva por la que se pueda optar a las esferas de Julen.
Poco después Adara y Sandra salivan con algo que Dani tiene en la cara. Él insiste que es un lunar interno. Ellas sólo ven un punto negro y Adara cree que "si lo aprietas, de ahí sale media tarta de manzana". Pues eso, salivando.