Rafael Amargo se ha sentado en el plató del ‘Deluxe’ tras el polémico escándalo que le relacionó con una red de narcotráfico y por el que sigue siendo investigado. El pasado mes de diciembre, el bailarín dejaba plantado al programa tras haberle asegurado a la dirección que se sentaría frente a Jorge Javier Vázquez para aclarar todos los asuntos por los que se había convertido en polémica.
Hoy, algo más de dos meses después, Rafael Amargo se enfrenta al ‘Deluxe’ decidido a dar su versión de los hechos y a mostrar la verdad que él siempre ha defendido. El bailarín cree que tras todo lo que le está ocurriendo se esconde una mano negra:
“Soy inocente, pero muchos ya me han condenado sin haberse producido el juicio (…) Sé que todo esto tiene que pasar y lo tengo que soportar, pero he llegado a tener miedo”.
Rafael Amargo defiende que en el registro policial de su casa no encontraron nada y que las sustancias que se aseguraron estaban allí fueron colocadas por alguien: “Yo estoy muy tranquilo, algo había allí, claro, pero no lo que dijeron”. Rafael ha relatado cómo fue el registro policial que se produjo en su casa y ha recalcado el buen trato que en todo momento le dieron los agentes, sin embargo, el bailaor flamenco defiende a ultranza que es inocente de los cargos de narcotráfico de los que se le acusa.
Rafael ha explicado que la balanza de precisión que los agentes encontraron en su poder no estaba en su casa, si no que la llevaba él mismo encima. Kiko Matamoros, ante las dudas del resto de colaboradores, ha aclarado para qué se usa el objeto: “Eso lo llevas encima cuando eres consumidor, para pesarlo”.
El colaborador es amigo personal del bailarín y ha denunciado en el programa que Rafael está sufriendo “un daño irreparable” que está haciendo un tremendo daño a su carrera profesional. Rafael ha dado a entender tras las palabras del colaborador que está siendo víctima de alguien que busca su desgracia, “un chivo expiatorio”, como ha calificado Matamoros.
Se ha hablado mucho de las alocadas fiestas que Rafael Amargo organiza en su casa, fiestas en las que, según algunos testimonios, son constantes las drogas y el sexo de pago. El bailarín ha desmentido que en su casa tengan lugar reuniones de ese tipo: "A mí me gusta follar de uno en uno, con más de dos me distraigo".
Sobre las drogas, Rafael ha asegurado que en su casa no se venden sustancias, pero que él no puede controlar lo que la gente lleva cuando suben: "Ahí cada uno lleva lo que quiere, y yo recibo a todo el mundo con los brazos abiertos, yo le doy gloria bendita a todo el que viene a mi casa, he llegado a recoger gente de la calle y darles dinero para comer".