Lara Sajen sufrió abusos sexuales por parte de su hermanastro a los seis años: "Tengo secuelas"
Lara Sajen destapa los capítulos más duros e íntimos de su infancia.
Un hermanastro de 20 años abusó de Lara Sajen cuando tenía seis.
Lara Sajen habla de las secuelas que tiene tras ser víctima de abuso sexual.
Lara Sajen asegura estar en el mejor momento de su vida tras participar en 'Supervivientes'. Pero lo cierto es que, en el pasado, su vida no brilló como lo hace ahora. Durante su entrevista con Jorge Javier Vázquez asegura que tiene recuerdos bonitos y otros no tanto de su pasado pero, sin duda, uno de los más amargos fue cuando sufrió abusos sexuales con tan solo seis años por parte de su hermanastro, de 20 años.
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Lara se emociona al recordar esto: “No era consciente de aquello, era raro lo que sentía. Como que pasaba, sin más. Sé que no me gustaba pero tampoco sabía por qué pasaba, ni que era algo malo. Me dice que no lo puedes contar y me di cuenta de que era al malo. ¿Qué ha pasado factura? Sí, porque me viene el flashback de aquel momento”.
“El abuso fue horrible. Recuerdo que nos acostábamos en la misma habitación y que cuando encendía la luz y me tocaba la cabeza, me tenía que meter en su cama. No era un abuso completo pero sí continuado en el tiempo (desde los 4 años hasta los 7). Las secuelas que me quedan es que, cuando soy adolescente, me cogen de la cabeza me vienen esas imágenes”, añade. Lara confiesa que hace unos diez años se volvió al reencontrar con este hombre, sufrió un shock.
El duro pasado de Lara Sajen: infancia en Argentina, palizas de Policías...
Lara Sajen habla de una infancia complicada por las circunstancias en las que vivían ella y su familia y habla también del proceso que llevó a cabo para ser una mujer plena, tal y como ella se sentía desde bien pequeña: “Empecé tarde, con treinta años, porque no tuve la información adecuada”. Nos habla de sus miedos y de su llegada a Madrid, huyendo de Argentina.
Además, Lara nos cuenta que vivió un episodio muy desagradable el día que recibió una paliza por parte de la Policía antes de pasar la noche en un calabozo: “Sentía esos golpes y esa humillación, me tocaron un par de gilipollas y gente muy mala, los tontos de turno, porque yo no había hecho nada”.
Otro agrio recuerdo es cuando a Lara, de pequeña, le regalaron una muñeca y su padre se la rompió porque le hizo ver "que eso no era para ella". Su madre se la arregló y se la devolvió, aunque le advirtió que la guardara y jugara con ella cuando su padre no estuviera delante.