Gustavo es consciente que ha destrozado la vida de su mujer después de pasar treinta años a su lado. Quiere mantener una buena relación con ella y quiere pelear porque no le odie por su infidelidad, aunque ha declarado que “mi exmujer me ha hecho sentir que me odia”. Y es que su relación con María es una historia de amor y, según él, no tiene que ver con una infidelidad.