Una empresa familiar fue el detonante de una importante ruina que llevó a Alonso Caparrós a tener un problema con Hacienda cuando esta empresa cerró. Alonso habló con sus padres y quiso zanjar la deuda cuanto antes vendiendo su casa, pidió alojarse en una casa de sus padres en Marbella y a los pocos días de meterse en ella sus padres la vendieron: “No comprendía nada. De golpe y porrazo me quedé sin nada. Nadie me alivió la deuda”.