La concursante estaba llorando como nunca, con los ojos hinchados y con la voz rota, apenas podía hablar con el presentador. La situación ha superado a la mismísima Oriana que con sólo ver a Jorge Javier en la pantalla se ha roto: "Sé que tú y la productora estáis decepcionados conmigo,".
"Estoy decepcionada conmigo misma, no estoy bien, no puedo estar en más realities", afirmaba la influencer con las manos tapándose los ojos. Jorge Javier, intentando calmar las aguas, le ha dicho "quiero que te quedes, qué puedo hacer". Ahí, tras esto, la joven se ha derrumbado: "Nada, no quiero ver ni a mi madre, me va a decir que está decepcionada, sólo quiero ver a mi amigo y que me abrace".
La depresión por la convivencia ha ido a más, hasta el punto de que Oriana Marzoli ha llegado a declarar que "no puedo estar más aquí, no quiero estar en Madrid, me quiero ir y que nadie me conozca". El público del 'Deluxe' y el presentador no daban crédito a lo que estaba ocurriendo, ni las bromas de Jorge Javier podían convencer a la chica.
El pacto de Jorge Javier para intentar convencerla
El presentador, a la desesperada, se ha ofrecido a ir personalmente a la casa de Guadalix el próximo jueves para que la concursante abandone el programa. Ha tenido mano izquierda, le ha hecho reír y, cuando la tenía casi convencida, Oriana ha querido poner una nueva condición: "Me quedo hasta el jueves si me perdonáis la penalización". El presentador no ha podido confirmarle nada y tal ha sido la incertidumbre que el súper ha intervenido para evitar de que se hable de temas económicos en televisión.
Crísis de Oriana en la casa de Guadalix
Desde el primer día, la concursante ha tenido varios problemas y discusiones que le han hecho andar por la cuerda floja. El enfrentamiento con Aramis, tener a su ex en la casa, la convivencia con animales o trabajar limpiando "de gratis" toda la suciedad han sido facotres que han provocado que esto se complique cada vez más.
El pasado sábado, a partir de las 20.00 horas, rompió a llorar y no aguantaba más, pidiendo a todos que se quería ir, que le dejaran marchar y que, por supuesto, la dejaran en paz. Tony Spina y Makoke han intentado calmar sus ánimos, pero no han podido hacer nada.