Alonso Caparrós, vivió momentos muy difíciles debido a su adicción a la cocaína. Consumía grandes cantidades, según sus propias palabras: "no había fin hasta que mi cuerpo no podía más". A medida que pasaba el tiempo, la adicción crecía y su estado empeoraba, tanto que vió "la cara a la muerte" varias veces. Los excesos le llevaron a su propio límite y dejó de lado su vida profesional inconscientemente. Gracias a la ayuda de su familia conseguió salir de ese pozo, aunque le costó varios años poder volver a su vida normal.
La adicción del presentador era tan fuerte que ha hecho una de las confesiones más sorprendentes: "Soñaba con montañas de cocaína". Comenzó "coqueteando" con las drogas y su espíritu rebelde le hizo caer en la cocaína. No la consumía para divertirse, pero le "atrapó de muy mala manera". En su primera etapa, soñar con montañas de cocaína, le producía felicidad. Además, ha contado cómo vivió su adicción su familia: "mi madre me pidió que le contara lo que me estaba pasando".
Alonso Caparros, ha aprovechado su entrevista para hablar también del amor. No ha dudado en hablar de su actual mujer, Angie: "su familia se merece saber con quien se ha casado y espero que sea con orgullo". El presentador se ha emocionado al hablar de su pareja y del apoyo incondicional que le ha brindado. Tanto Jorge Javier como Alonso, no han podido evitar las lágrimas con el testimonio tan desgarrador. Además, ha confesado: "yo siempre tengo que estar recordando lo que me ha pasado".
El presentador ha aprovechado para hablar de la muerte, durante su entrevista con Jorge Javier. "He notado tres veces a la muerte", confesaba visiblemente emocionado. La primera de ellas, se produjo en un hotel, y nunca se olvidará de esa imagen tan triste. La segunda vez, que fue en su casa, cuando mezcló unos medicamentos que tomaba y acabó al borde de un infarto. La última vez, recuerda que acudió toda la familia para que le ayudaran y notaba como "se iba". Ha confesado que se sentía tan mal, que no le importaba "irse" ya que no sentía ni agonía ni angustia.