"Mi hermano se fue de Madeira para jugar con el Sporting, ahí fue cuando me empecé a dar cuenta de que era diferente", cuenta Katia. "La gente hablaba mucho del talento de mi hermano y todo el mundo quería trabajar con él", asegura. Asegura que su padre y su otro hermano también jugaban al fútbol, por lo que no le sorprendió que Cristiano jugase bien.