"Voy a luchar para recuperar esa risa que he ido perdiendo por el camino. Os pido ayuda"

"Tú sabes que el viernes ocurrió aquí un hecho desagradable, protagonicé yo un hecho desagradable con Olvido Hormigos. Yo creo que por muy mal que considere que una persona que está sentada en la silla del Deluxe y eso son consideraciones personales, cuidado, que me puedo equivocar o no me puedo equivocar pero también me puedo equivocar. Por muy mal que yo considere que una persona está actuando yo creo que ninguna persona se merece como me comporte yo con Olvido Hormigos y entonces yo creo que es mi deber pedir disculpas.

Creo, además, que el equipo que hace este programa, contigo al frente, no se merece que yo tenga ese tipo de comportamiento porque sé lo que supone hacer cada semana este programa y entonces también me disculpo con Olvido, pero me disculpo también contigo y con todo el equipo que, semana tras semana, organiza este programa y lo pone en marcha.

A lo mejor había gente que pensaba que yo el lunes después del incidente iba a alentar a todos mis colaboradores a cargar contra Hormigos y a echar toda la caballería y que yo no hago caso de lo que sucede en este tipo de situaciones. Si algo he aprendido después de todos estos años es a recapacitar sobre las señales que te envía la vida y desde luego a mí me está enviando unas señales que desde luego voy a tener que estudiar y que poner en conocimiento, como ya he hablado con todos vosotros estos días.

Trabajar es una de las cosas que me hace más feliz pero también, a veces, la que me provoca mayores infelicidades y no quiero ser infeliz porque lo tengo todo y porque además creo que me merezco, como todo el mundo, ser feliz. Hoy he leído una cosa que me ha hecho pensar: "ya no es el que era" y tiene razón porque después de cinco años, después del desgaste inevitable que lleva un programa diario, con muchas horas, al que le estoy profundamente agradecido, ya no me río tanto, me cuesta reírme. Y no quiero que esto continue así. Quiero reírme y pasármelo bien.

No sé cuánto tiempo me queda aquí. Probablemente eso tenga fecha de caducidad. Lo debe tener. Pero quiero que cuando me vaya la gente que me ve me recuerde con una sonrisa no como el tio que siempre salía cabreado. Creo que nuestro deber es ofrecer la mejor versión de nosotros mismos y yo voy a luchar para recuperar esa alegría, esa felicidad y esa risa que he ido perdiendo por el camino.

Para ello, como os dije el lunes, por primera vez, yo creo que por primera vez en mucho tiempo, pido ayuda. Pido ayuda también a mis colaboradores. No sé cómo, me gustaría deciros cómo, no lo se. Porque tampoco sé cómo os la puedo pedir. No os puedo pedir nada y lo digo de verdad, porque sois las mejores personas con las que he trabajado jamás.

He pensado mucho estos días, y no sé qué va pasar con nostros cuando esto acabe, que acabará. ¿Qué haremos después? ¿Qué haremos con nuestros restos? No lo sé. Ojalá la gente que nos esté viendo nos ayude a recomponernos, pero quiero que todo esto cuando acabe, acabe muy bien. Ya pasé una época que acabó no muy bien y yo ese camino ya lo he hecho. Me cuesta mucho cuando veo a mis compañeros pelear y sufrir y llorar y pasarlo mal y largarse. Lo paso mal porque es mucho tiempo. Y también me da miedo que me pase a mí.

No quiero que me pase y no sé lo que os puedo pedir. Sólo quería decir esto y que desde luego, que la gente no piense que luego llegamos a casa y deicmos: fijaté lo que le he dicho a esta tía. Ojalá. No, ojalá fuera así, no. También está bien que pensemos sobre ello. ¿Empezamos a trabajar?"