Belén Esteban desapareció de los ágoras televisivos. Confesó sus adicciones y una depresión para salir del foco mediático. Se puso en manos de un psiquiatra antes de que la espiral la devorase y ahora el cambio físico es palpable. 15 kilos más y "adicción a la vida" como ella misma dice son parte de los beneficios que le ha reportado su retiro temporal. En su marcha tuvo claro que "no quería ser un juguete roto". Según sus palabras, se puede salir de todo con fuerza de voluntad y aporta sus últimos análisis toxicológicos con resultado negativo. Además, se ha reencontrado con sus compañeros y no ha dudado en pedir perdón.