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7 razones para casarse dos veces con la misma persona

telecinco.es 19/05/2017 12:09

Podemos imaginarnos perfectamente la conversación que debe haber mantenido Campanario con su mejor amiga: "Tía, que me caso"; "¿Otra vez?"; "Sí"; "¿Con quién?"; "Con Jesulín, tía"; "¿Otra vez?". Pues sí, otra vez. Los señores de Ubrique se han subido al barco de la renovación de votos y, justo el día en el que cumplen 15 años de casados, volverán a pasar por el altar. Para muchos será una ostentación, una cursilería, un gasto innecesario, etc; pero, aquí la que redacta – que es una asalariada cualquiera- se pregunta: ¿Y por qué no? Casarse dos veces está lleno de ventajas.

Ventaja 1: Vuelves a ser el/la protagonista por un día

Después de tantos años, de haber tenido hijos, de conciliar el trabajo con la familia y de no tener tiempo ni para estornudar más de tres veces seguidas, por fin, vuelves a tener un momento para ti y para la persona que amas. Masajes, peluquería, maquillaje, comida a mansalva, barra libre, bailes y habitaciones de lujo con fresas y champán prestige cuveé. ¡Libres! ¡Libres por un día!.

Ventaja 2: Juntar de nuevo a los amigos y familia

Con el paso de los años, inevitablemente, vamos perdiendo contacto con los amigos. No es que no les queramos, es que el devenir de la vida, las prisas y el estrés hacen que no tengamos tiempo para ser sociables. Pues ya está. Cásate. Y, si estás casado, cásate otra vez. No hay mejor excusa que una boda para volver a reunir a los colegas y a toda la familia. Normal. Donde hay bebida...

Ventaja 3: Las rarezas del matrimonio no te pillan de sorpresa

Cuando uno se casa por primera vez, no sabe lo que le espera. Se lo puede imaginar (aunque Hollywood ha creado muchos bulos al respecto), pero no tiene LA EXPERIENCIA. Los pelos en el lavabo, los “no has bajado la basura”, las disputas, o peor, las crisis, las manías viejunas, los “levántante tú, que es tu hijo” o la monotonía no suponen un shock para un matrimonio que conoce de sobra lo que es el matrimonio. Eso es casarse con amor. Y valentía.

Ventaja 4: Te haces otro viaje de novios, aunque no te den los 15 días

Ahora voy y me entero de que, si te casas por segunda vez y renuevas los votos, el Estado no te da los 15 días de vacaciones de rigor. No importa que hayan pasado 10, 15 o 20 años; para volver a gozar de este privilegio hay que divorciarse y casarse de nuevo. Bueno, no importa. Una boda es una boda y no es lo mismo sin su Luna de Miel. Así que es una buena excusa para hacer ese viaje que habéis guardado en la recámara.

Ventaja 5: Ya tienes el vestido/traje para la boda

Vamos a confiar en que tú físico no ha cambiado demasiado desde la primera vez que te casaste y en que todavía te vale aquel fabuloso vestido de novia (o traje de novio, en el caso del marido). Para no despilfarrar en esta nueva fecha puedes usar el mismo o hacerle algún arreglito. No lo olvidemos, las modas cambian y hay que adaptarse.

Ventaja 6: Esta vez no te pondrás tan nervioso

Para los primerizos, organizar una boda es motivo de neurosis. ¡Hay tantas cosas que hacer! Invitaciones, mesas, flores, música, menú, transporte… Pero esto es como tener un hijo, morirte del agobio, tener otro y pensar “Bueno, tampoco es tan complicado”. Si has sido capaz de organizar una boda una vez, la segunda lo tienes chupado. Total, al final acaba todo o sucio o roto.

Ventaja 7: Reaviva el romanticismo

No por ser éste el último motivo es el menos importante. Al contrario. Muchas veces, los matrimonios largos entran en una rutina muy lógica pero, a veces, demasiado pasiva. Renovando los votos, te acordarás de por qué te enamoraste tanto de la persona con la que decidiste compartir tu vida y eso siempre debe estar en primer plano. Si-em-pre.