La decisión está en manos de la audiencia. Hay una silla y dos colaboradores, Rafa Mora y Kiko Jiménez y, a la espera del veredicto de la audiencia, los colaboradores se posicionaban del lado de uno otro.
Alonso nos daba el nombre de Kiko y Rafa no esperaba a escuchar su argumento para acusarle: “Si traicionó a la familia Campos que le dio la profundidad en su día ¿Cómo no me va a traicionar a mí?” Le calificaba como “mentiroso”, “jeta” y “falso” porque, asegura, en los pasillos no para de alabar su valía profesional.
“¿Cuándo te creo, cuando dices que soy una maravilla de colaborador y que me admiras o cuando a la primera de cambio me vendes?”, le reprochaba y, sin dejarle hablar, le preguntaba si sabe cuál es el valor de la lealtad y la amistad”.
Calificaba su actitud como “un navajazo trapero”, Kiko Jiménez le acusaba de querer buscar así la empatía del público y Alonso, sin perder la calma, explicaba a su compañero que no cuestiona su profesionalidad, pero Kiko está en el ojo del huracán mediático por sus polémicas con la familia Ortega Cano.