La mecánica de 'La última cena': 4 semanas, cocina por parejas y un exigente jurado
Cada semana, una pareja será la anfitriona y cocinará para sus rivales y dos famosos chefs con Estrella
“¿Queréis ver lo que pasa cuando una familia se junta a cenar?”, nos pregunta Jorge Javier Vázquez y es que es esto lo que vamos a ver en ‘La última cena’ de ‘Sálvame’. Hasta ahora hemos visto a los colaboradores en múltiples facetas pero no sabemos si tienen talento en los fogones.
Los cocineros se lo jugarán todo con sus platos. Durante cuatro semanas competirán en pareja para elaborar el menú más exquisito, ser los mejores anfitriones y alzarse con el premio.
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¿Cómo funciona ‘La última cena?
Cada semana, una pareja de colaboradores será la anfitriona de una cena moderada por Jorge Javier Vázquez en la que tendrán que preparar un menú para 11 comensales que incluya un primer plato, segundo y postre. Lo más amargo llegará después del plato más dulce y es que, a los postres llegarán las puntuaciones.
El día antes de la cena, los colaboradores tendrán que ir al mercado a por los ingredientes de su banquete y les veremos cocinar en directo sus platos. Una labor que tendrán que hacer en un tiempo determinado.
Tendrán que tener todo preparado a la llegada de los invitados, que asistirán al evento con sus mejores galas... Y, por si acaso, tendremos al servicio médico preparado por si hay algún despiste en la cocina.
Sergi Arola y Begoña Rodrigo, los chefs con Estrella que supervisarán las cenas
"¡No! ¡No!", ha gritado Lydia Lozano nada más ver la cara de Sergi Arola y es que el cocinero con Estrella Michelín y mejor cocinero del año 2003 es "muy duro". "Me encanta lo que hago, la cocina me lo ha dado todo", nos dice Arola que reocnoce que es un "pésimo profesor" pero recuerda su paso por 'La cocina' donde ya dejó claro a los concursantes que la cocina no es un juego: "No me apetece comerme tonterías de nadie".
Por su parte, Begoña Rodrigo, chef con estrella Michelin y premio de la Academia Internacional de Gastronomía, no está dispuesta a que nadie "tire por el suelo la profesión".