Lydia Lozano: "Voy flagelada a trabajar para sentir menos dolor cuando me atacan"
TELECINCO.ES
12/02/201106:36 h.'La Caja Deluxe' se abrió para ayudar a Lydia Lozano a superar sus mayores y más íntimos miedos. La colaboradora, que aunque día a día muestra su lado más divertido en 'Sálvame Diario' tiene una espinita que no la deja ser feliz y es la inseguridad, algo que quiere superar para poder ser ella misma y poder seguir adelante.
Su 'Caja' comenzó con unas imágenes en las que aparecían personas diciendo cosas como "¡Mentira!", "¡No te creo!" o "¡Te lo inventas!". Estas palabras son, según la propia Lydia, "muy familiares" y lo que le hacen sentir al escucharlas es una gran "inseguridad". Para la periodista son mucho más que unas voces en su cabeza, son sonidos muy reales en su vida:
"Los he oído muchas veces y me aterran. No pienso que crean que soy mentirosa ni una falsa, pero que estoy desacreditada sí. Entrar en la caja impresiona y luego, todas las imágenes que habéis puesto de golpe, bueno pues, son cosas que me han dicho muchas veces en un plató y me he callado, pero aquí es súper heavy".
Lydia Lozano confesó que esta inseguridad está afectando cada vez más a su profesión, ya no se siente capaz de dar exclusivas y cree que todos se ríen de ella cuando cuenta alguna información: "Cuando llamo o comento algo o me llaman para arme una información, aún sabiendo que es verdad, pues dudo, tartamudeo y eso me hace sentirme muy desconfiada. Yo siempre he sido muy confiada, pero ya no. Cuando tienes el miedo de que lo que vas a decir, aunque sea verdad, se van a reír o te van a machacar, pues llega un momento que ni lo digo y yo trabajo para decir cosas".
La psicóloga de 'La Caja Deluxe' comentó a Lydia que uno de sus mayores problemas es que, antes de que nadie le diga nada, ella es la primera que se dice a sí misma cosas negativas. La respuesta de la colaboradora a esta apreciación fue muy dura: "Prefiero ir flagelada a trabajar y luego sentir menos el dolor, así lo aparento menos en un programa en directo, aunque después me hundo. Yo no miento, no miento nunca, porque si algo bueno tengo es que no soy mentirosa".
La profesión de Lydia le ha causado tanto dolor en los últimos años de su vida que ha tenido que ponerse una coraza, según ella, para no sufrir más. Esta coraza hace que desconfíe de todo el mundo, hasta de sus propios compañeros de trabajo, algunos de ellos amigos desde hace mucho tiempo. "No me fío de nadie, lo siento pero no puedo decir que no me fío del todo porque no es esa mi sensación, no me fío nada. Y no es culpa de ellos, es mi culpa. No me abro a ellos, no me acerco, no comento noticias ni comento nada, porque pienso que me pueden traicionar y ante eso prefiero callarme. Nunca se habla de una noticia mía por un fallo que tuve. Es como que 'Lydia lo ha dicho, pero a saber si es verdad'".
Lydia y 'El Caso Ylenia', su trauma más profundo
La trayectoria profesional de Lydia cuenta con grandes trabajos a sus espaldas, entrevistas a personajes como David Hasselhoff en el mejor momento de la carrera del actor, Sean Connery, Keith Richards, guitarrista de 'Rolling Stones', Lola Flores, Marta Sánchez y una larga lista de personajes relevantes a nivel nacional e internacional avalan el magnífico curriculum de la periodista, algo que de lo que se siente muy orgullosa: " Esto me hace feliz, en esa época me sentía segura de mí misma, totalmente, daba muchísimas exclusivas, se hacía eco todo el mundo de ello".
Pero un fatídico sábado, concretamente el 19 de febrero de 2005, Lydia comenzó a vivir una de las peores épocas de su carrera profesional y de su vida. "Fue el día de Albano, vaya piedra. Recuerdo la etapa, pero no sabía que era 19 de febrero, ahora no me voy a olvidar en la vida. Mi vida cambió ese día, es un antes y un después. No nació otra Lydia, sigo siendo la misma, no he cambiado, pero me han hecho actuar de maneras diferentes a como yo era. Era extrovertida en el curro y ya no lo soy".
'El Caso Ylenia' hizo mella en Lydia Lozano y, aún hoy día, sigue muy afectada por ello: "Ya no pienso en el tema, bastante secuela tengo. Me siento mal, fatal, cuando lo pienso. Me afecta porque yo tenía un curriculum intachable y ya no lo tengo, pero luego muchas veces digo 'jo, si solamente me echan esto en cara, pues mira', pero fue muy gordo, fue muy gordo. Fueron tantos meses, tantos, yo quería que parara, pero efectivamente en la tele somos números y nada más, ya me lo dijo un jefe".
Lo que no entiende la periodista respecto a este tema es que "las meteduras de pata de los demás no se siguen recordando, la mía sí y fue en 2005". La psicóloga de 'La Caja' comentó a la colaboradora que lo que le sucede es que puede que todos la hayan perdonado, todos menos ella misma, por lo que le recomendó que escribiera una carta para pedirse perdón a sí misma y poder pasar página, pero no pudo hacerlo:
"No quiero, yo no tengo que pedirme perdón, no tengo por qué pedirme perdón, es algo que hice conscientemente, tengo que pedir perdón a la gente que hice daño. Pero tampoco quiero pedir perdón más veces a nadie, ya lo he hecho, me senté en un plató con él. No quiero, no quiero, no. Humillarme más no. No tengo por qué escribir una carta pidiéndole perdón a este señor, ya lo hice y no me perdonó. Lo hice también en el 'Deluxe' y no lo voy a repetir, no considero que lo tenga que hacer. Flagelarme un poquito más no, ya me flagelo todos los días cuando voy a trabajar y me niego".
Juan Carlos, el primer amor de Lydia
"Estaba de becaria en 'La Cope', en esa época estaba muriéndose Tierno Galván, él me tenía mucho cariño y me dejaba ir al hospital a verle. El hospital estaba justo debajo de 'La Cope' y estando allí, de repente, llegó un chico con las manos sucias de grasa, le dije que qué le pasaba, se le había roto el coche, se lo arreglé y entonces me dijo que me invitaba a tomar algo. Nos fuimos, estaban sus compañeros de la agencia, me dijo que necesitaban una redactora, empecé a ir y hasta ahora", contó Lydia Lozano.
Este chico era Juan Carlos, el que poco después se convirtió en uno de los hombres más importantes de la vida de la periodista: "Era el chico que me dio el trabajo, nos enamoramos, trabajé con él y murió conmigo en el accidente de tráfico.Él venía de hacer un reportaje en París, nos habíamos comprado un coche, fui al aeropuerto y a la vuelta nos fuimos a tomar algo para probar el coche. Venía emocionado porque el reportaje era importante, por esto estábamos oyendo la radio, porque en 'RNE' estaban hablando con él. Le dije 'sube la radio que están hablando de ti', de repente pegó un volantazo.
Fueron unos borrachos que nos echaron de la carretera, con la mala suerte que había unas obras, él no llevaba cinturón, salió por el cristal de delante y se mató . Yo llevaba cinturón, acabé con la cara pegada en el motor, él murió en el acto. El día del entierro me dijeron que había muerto, no me lo dijeron antes porque yo estaba en shock. Curiosamente no he podido ir nunca al cementerio, para mí él no ha muerto aún, para mí es como si se hubiera ido a Australia a hacer un reportaje. No he ido porque yo estoy viva y él está muerto".
La periodista confesó que se siente culpable del accidente y de la muerte de Juan Carlos. Además, no puede evitar pensar lo que pensaran los padres de él al verla todos los días en televisión: "Se tienen que sentir fatal al verme todos los días y pensar 'por qué ella no y mi hijo sí'. Cuando queda uno vivo, aunque sea un accidente, se piensa así. La hermana se enteró hace poco que quien conducía era Juan Carlos. Ellos pensaban que yo había matado a Juan Carlos. Han estado tanto tiempo pensando que yo le maté. Ya sé que fue un accidente, pero desde que me llamó la hermana tengo un mal rollo".
Como terapia para superar la muerte de Juan Carlos, la psicóloga pidió a Lydia que entrara de forma metafórica en el cementerio al que nunca había podido ir y hablar con él, pero la periodista no pudo hacerlo: "Me acuerdo mucho de él, era divertidísimo, era un excelente periodista, tan listo, tan inteligente. Es que para mí no está muerto, no puedo pasar esa verja. Para mí está con su cámara y su máquina de escribir. No quiero que muera para mí".
Lydia y Kiko Hernández, ¿se puede recuperar su amistad?
Lydia Lozano y Kiko Hernández compartían una íntima relación de amistad hasta que un día, en 'Sálvame Diario', el colaborador confesó que se sintió traicionado por la periodista después de confesarle que padecía una grave enfermedad y enterarse que Lydia se lo había dicho a una tercera persona, algo que ella reconoció en su momento, pero jurando una y otra vez que no fue con ninguna mala intención.
"Fue un palo, un palo tremendo, porque además Mila dice que yo hago eso por una exclusiva. Eso fue lo peor. No sé qué pasó. No sé a Santo de qué vino eso, me pilló desnuda, no lo entendí. Yo con Kiko tengo una relación muy buena, pero ese momento es que no lo he podido entender nunca ", aseguró Lydia.
La pregunta entonces era si esa gran amistad podía recuperarse: "No, no lo sé. Él ha dicho tantas veces ya que no es mi amigo que yo ya no hago nada, es que no lo entiendo. Ya no se puede tener la complicidad que teníamos Kiko y yo. Ha sido de los palos más grandes que me han dado en mi vida, porque además, iba a mi casa, conocía a mis amigos, y yo es que he dado siempre la cara por él, me he roto la cara por él y de repente eso, en directo, no lo pude entender nunca.
Son cosas que pasan en la vida, como el Triángulo de las Bermudas. Te lo puedes creer o no, me pasó eso, no me lo podía creer, pero me partió. Le admiro como comunicador, me río mucho con él, pero me da mucha pena, porque fue sin comerlo ni beberlo.Era una amistad muy sólida, me apoyó de cara a la gente, me llamaba, se comportó como un excelente amigo, de eso no me olvido, pero hay grietas y grietas".
Su infancia en La Palma y su magnífica relación con sus padres
No todo han sido malos momentos en la vida de Lydia Lozano. La periodista recordó con emoción su infancia en La Palma y no pudo evitar llorar de alegría al confesar la adoración y el amor que siente hacia su madre: "Me encantaba disfrazarme, mi madre me hizo un traje en una noche para una fiesta del colegio. Recuerdo a mi madre cosiendo y yo dormida al lado. El traje estuvo hecho al día siguiente y fue el más bonito de la fiesta".
Lydia contó con una gran sonrisa que su pasión por las fiestas comenzó el día de su comunión. Su madre le dijo que iba a ser algo íntimo, con algunos amigos, pero de pronto llegó a un restaurante don de se encontró "con todos mis amigos, con los padres de mis amigos, había como ciento cincuenta personas allí, fue maravilloso, un fiestón. A raíz de ahí me gustan tanto las fiestas".
Su padre también ha sido una figura muy importante en la vida de la colaboradora. Lydia recordó con emoción como su padre la llamaba 'Brujita' de pequeña: "Yo era muy delgada y muy rubia, mi padre decía que era como Tábata de 'Embrujada', de hecho quería ponerme ese nombre pero mi madre se negó. Él siempre me decía que era como una brujita. De esa brujita aún tengo cosas como que me meto en todos sitios, soy muy perspicaz y muy noctámbula. Yo vivo a partir de las doce de la noche".
Al ver la foto de su padre, Lydia contó la estrecha relación que la unía a él, y no pudo evitar emocionarse: "¡Qué guapo! Pero ahí está, hace seis meses que se fue. Lo que más me gusta es que está ahí protegiéndome. Yo lo sé, creo mucho en eso. Tenía una relación muy estrecha con mi padre. Teníamos conversaciones muy especiales y luego yo tenía mucha mano dura con él, mi padre siempre ha sido muy mimado por mi madre. Él estaba tan mimado que le daba muchas broncas, teníamos muchísima complicidad, era muy bueno".
Con lágrimas en los ojos y antes de terminar su sesión en 'La Caja Deluxe', Lydia quiso decir unas cariñosas y sentidas palabras a su padre: "¿Qué te voy a decir? Que te echo de menos y lo sabes, pero que por la que más te echo de menos es por mamá. Ella te echa tanto de menos, papá. Todos tus hijos estamos siempre pendientes de ella para que esté animada, sabes que es súper fuerte y súper divertida, pero te echa tanto de menos. Y yo te echo mucho de menos también".