“Año 2005. Instalaciones de Mediaset. En este mismo plató y con un equipo reducido de personas se llevó a cabo un polígrafo secreto a Lydia Lozano. Objetivo: saber qué ocurrió realmente con el caso de Ylenia Carrisi. Lo que allí se vivió dejó marcados a todos los presentes y el programa ha tenido acceso a ese polígrafo”.
Esto fue lo que pudimos leer en el pantallón en plató y, acto seguido, Lydia Lozano se levantó y se fue llorando: “Hasta luego”. Solo nos dijo que las puertas se blindaron, que bajaron a verlo altos directivos y lanzaba un ultimátum: “Se firmó que no se podía emitir, si se emite, me voy”. Y hasta Kiko Hernández cree en su palabra. Ni si quiera sabe los resultados de ese Poli, nunca le dieron los resultados pero tampoco quiere saberlos.
¿Qué ocurrió entonces? ¿Qué sabemos de lo que pasó en este plató a solas y medio en penumbra? En el programa lo han reconstruido: Lydia fue el conejillo de indias para probar el polígrafo al que entonces llamábamos la máquina de la verdad.
Se dieron instrucciones precisas a todos los trabajadores, solo se permitirán visitas autorizadas y un equipo se seguridad custodió las puertas. La colaboradora empezó a responder a las preguntas de Amável Sanches a las 09.00 h., la sesión se alargó durante horas y hubo muchos momentos en los que Lydia se derrumbó. Tan mal lo pasó que tuvo que marcharse a casa.
Pero ¿Cuál era el objetivo del polígrafo? Kiko Hernández nos lo contó. Estaban en mitad de la vorágine por el caso de la desaparición de Ylenia Carrisi y la información de Lydia Lozano: “Querían saber si tú pensabas que tu tema era verdad o si realmente estabas jugando con la cadena o con la información”, explicaba el colaborador.
“Todo el mundo quería verlo”, se quejaba Lydia marchándose de plató y Kiko nos contaba entonces que es cierto. Recordando la polémica, nos enumeraba algunas de las preguntas que se le formularon: “¿Te lo has inventado todo?” “¿Te gusta el protagonismo?” “¿Te has ido a Santo Domingo y has dicho que eras de otra productora?”