Kiko Matamoros ya nos contó que tuvo que ser intervenido de urgencia por una obstrucción por un cálculo biliar y, semanas después, ha tenido que ser operado de nuevo con el objeto de extirparle la vesícula.
El colaborador acudía a la clínica a las nueve de la mañana acompañado de su inseparable Marta, que se mostraba muy pendiente del colaborador y tan cariñosa como siempre. “Esto sí que me interesa, no es dramático pero sí es importante”, decía ante las cámaras Kiko sobre su intervención.
Dos horas después, Matamoros entraba a quirófano y la intervención ha salido “genial” según nos ha contado Omar Suárez a las puertas de la clínica: “Parece de otro planeta, está hecho un toro”.
Minutos más tarde intervenía su pareja, Marta, que nos contaba que los médicos se han sorprendido: “Tiene una genética muy buena, tiene la pared abdominal muy fuerte y hasta les ha costado hincharle”. Y es que el proceso de la intervención, por laparoscopia, requiere de introducir aire en el abdomen para poder operar. “Tiene una constitución de locos y eso juega a su favor, la recuperación va a ser rápida”, ha añadido Marta.
En cuanto a sus hijos, nos confirma que ha hablado con todos salvo con Ana, pero ha evitado polémicas con la hija menor de su pareja: “Ella no quiere aparecer en público yo no voy a ser quién la meta”.
Apenas dos días antes, Kiko fue el objeto de una polémica en redes sociales ¿El motivo? Su retoque estético. Su nuera Carla Barber le ha hecho un retoquito en la cara a través de unos pinchazos de ácido, pero el colaborador no esperó el tiempo suficiente y la hinchazón y las heridas alteraron su aspecto.
Esto provocó que las redes sociales se llenaran de bromas y Carla, que ha acudido a la clínica a visitarle, ha optado por no responder. El reportero Omar Suárez, a las puertas del hospital, nos trasladaba que estaba molesta: "Me ha dicho 'venga, hasta luego', muy enfadada".