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Tras 53 días de ausencia por problemas de salud, Kiko Matamoros ha vuelto a ‘Sálvame’ y ha hecho frente a todas las polémicas que han surgido en su ausencia. Tras su ingreso, descubrimos que está distanciado de su hija menor, Anita, única hija de su matrimonio con Makoke.
Mucho se ha hablado de un conflicto de Ana con la novia del colaborador, también surgen dudas sobre una posible influencia de su madre y, ahora, su padre nos desvela los tres problemas que ha tenido con ella desde su separación.
El primero tiene que ver con el reparto de los bienes tras la separación. Kiko Matamoros asegura que su ex se quedó con las casas, pero que acordaron que él se llevara unos muebles y, cuando llegó el momento de la mudanza, Makoke decidió no dárselos.
El colaborador pidió a su hija que mediara de alguna manera y ella no lo hizo, lo que molestó al colaborador no tanto porque no lo hiciera sino porque entendió que, si su madre fuera la afectada, su actitud habría sido otra: “Me dijo que estaba harta de rollos y que la dejásemos en paz, no la responsabilizo, lo entiendo, pero me dio la sensación de que si hubiera sido al revés, me hubieran dicho algo”.
Pasaron más cosas. En verano de 2019, Kiko Matamoros vio unas fotos de su hija en un barco que le sonaba: el barco de Javier Tudela, exmarido de Makoke, padre de su hijo mayor y la persona con la que han tenido multitud de litigios: “Yo sé que me dejé unos 30 o 40.000 euros en abogados en ese trayecto”.
Además, asegura que hubo “codenas importantes” y narraba un episodio: “Cuando Makoke está embarazada de Anita, resulta aplastada por la puerta de un coche, ahí había podido correr peligro la integridad física de mi hija muy seriamente”.
Se trata de un hecho que está “juzgado y sentenciado” y de ahí la opinión de Matamoros en el presente. De hecho, confiesa que le duele más “el consentimiento y la connivencia de la madre” que el hecho en sí.
Y, por último, el colaborador hablaba del conflicto como influencers de Anita con su novia, a quien acusa de algún modo de seguir sus pasos en redes sociales hasta el punto de que habría dejado de ir a una peluquería porque en el salón también atendían a Marta.