“Me dan ganas de llorar”, decía Gustavo González y es que ‘Sálvame’ le ha mostrado en directo pruebas de que su futura mujer, María Lapiedra, habría negociado para hacer striptease a sus espaldas. Para el colaborador, se trata de una "deslealtad" que siembra "desconfianza" y no sabe si podrá recuperar la confianza que necesita: "Tengo el alma rota".
‘Sálvame’ ha mostrado el correo electrónico con el que María responde a un chico que se había puesto en contacto con ella para pedirle un striptease o un baile privado para la despedida de soltero de un amigo.
El programa ha constatado que la respuesta es de María y Gustavo se mostraba destrozado y triste: “Esto lo hemos hablado y para mí es una decepción muy grande”. Lo considera una “deslealtad” porque ellos mismos sentaron las bases de su relación: “Dije que podía hacerlo, pero sin mí”.
El colaborador se siente traicionado: “Tengo el alma rota, esta es una puñalada, no quiero verbalizar más, pero estoy destrozado”. Y es que en su vida necesita tranquilidad y eso se lo da la confianza, algo que no sabe si va a recuperar.
El programa mostraba más mensajes en los que el chico y María acuerdan el sitio, cómo adelantar parte del dinero para la reserva y detalles como el vestuario, que preferían de enfermera. “Es terrible”, decía un Gustavo para nada enfadado, pero sí profundamente afectado y dolido: “Lo que me parece repugnante es que ella esté maquinando esa posibilidad”. Y es que para él lo único que hace con esto es “sembrar desconfianza”.
El programa desvelaba también los mensajes de María en los que explicaba que para este tipo de trabajos cobra 1.500 euros, 1.000 por adelantado y 500 en el lugar del baile. A Gustavo, el mero hecho de pensar en una “cifra” por este servicio le producía “asco”.
Pero ¿Es esto motivo de ruptura? Gustavo dudaba, aún más cuando recuperaba su teléfono y comprobaba que no tenía ni llamadas ni mensajes de su chica.