La semana pasada estuvo marcada por la ya denominada 'La maldición de Sálvame'. Después de la caída de Belén Esteban en directo, por la que se rompió la tibia y el peroné, Lydia Lozano también sufría un accidente en su casa por el que se fracturó el radio.
A ellas se suman Kiko Matamoros y Anabel Pantoja que, desde 'Supervivientes', también están pasando unos días no precisamente buenos.
Después de haber pasado unos días asimilando la situación, Lydia Lozano ha vuelto a su puesto de trabajo. Eso sí, su llegada ha sido de lo más surrealista. Una ambulancia llegaba a Mediaset y al abrirse sus puertas, ahí estaba ella.
Lydia se encontraba tumbada en una camilla y tapada con una manta. El equipo médico la ha empujado por los pasillos hasta que, al fin, la colaboradora ha entrado en plató. Ante los aplausos del público y de sus compañeros, Lydia llegaba hasta el centro apoyada por todos.
"¡Guapa, guapa y guapa!", le gritaban. Finalmente, la colaboradora se ha descubierto y ha lucido su escayola de la mejor manera posible: con uno de sus característicos vestidos y unos buenos tacones.