El colaborador entró en 'La Caja Deluxe' para enfrentarse cara a cara a su claustrofobia buscando los puntos de origen de ese miedo y para darse a conocer ante el público tal y como es . Nada más comenzar la terapia confesó que estaba "muy nervioso por que pudiera pasar, por lo desconocido". Y no iba desencaminado, ya que las primeras imágenes que vio fueron las de un chico encerrado en una caja de madera, unas imágenes que no quiso ni mirar.
"Tengo una fobia, los espacios pequeños y cerrados me agobian, me ponen nervioso , me superan, por ejemplo 'La Caja' me ha dado un poquito de angustia cuando he visto que se cerraba. Llevo fatal los ascensores, desde que se abre la puerta me pongo nervioso, se cierra y voy mirando el numerito para que se abra pronto, me provoca un estado de nerviosismo enorme, y no me gusta cuando se monta mucha gente, lo paso mal", explicó Luis Rollán.
Tal es su miedo a los espacios cerrados y, concretamente a los ascensores, que Luis contó que, tras un concierto de Isabel Pantoja todos se fueron a celebrar el éxito con una cena, pero cuando llegaron al hotel el restaurante estaba en la planta 14. El miedo se apoderó de él, sobre todo cuando la recepcionista le contó que hacía poco 'El Cordobés' había tenido un desagradable percance en el mismo ascensor que él debía utilizar para llegar a dicha planta. Al escuchar esto, no se lo pensó dos veces, "salí corriendo para las escaleras y ahí me tenías que ver, subiendo a pie los catorce pisos".
Luis contó que la primera vez que tuvo un percance con los ascensores fue de pequeño, algo que se le quedó grabado a fuego: "Con siete años, iba al pediatra con mi madre que estaba embarazada, subimos al ascensor y se montó una pareja, éramos como 'La tribu de los Brady. Entonces se paró, se fue la luz y recuerdo a la señora hiperventilando. Mi madre se puso nerviosa, mi hermana comenzó a llorar y yo también me puse nervioso. Nos sacaron, pero se quedó a media altura y tuvimos que saltar. Desde ahí. Luego de mayor me ha vuelto a pasar como cuatro o cinco veces más. Por mucho que diga que lo voy a superar, acojona. Como lo pasas mal en el momento eso se queda ahí".
Isabel Pantoja, su gran amiga
La amistad de Luis Rollán e Isabel Pantoja es por todos conocida. Esta relación tan especial ha costado al colaborador algún que otro disgusto, al tener que defender a la cantante cuando nadie más lo hacía. Por eso, la psicóloga de 'La Caja' quiso saber si en algún momento Luis se había sentido como un "complemento" o una "marioneta" de Pantoja.
"No me siento complemento de nadie, aunque si es cierto que mi nombre va asociado a Isabel Pantoja. Lo que me molesta es que duden de mi profesionalidad , porque me lo he currado mucho para que se diga que sólo soy el amigo y se olvide mi profesión. He dado la cara muchas veces por ella, pero nunca me he sentado en la otra parte para cobrar hablando de ella, ni lo he hecho, ni lo haré. No hay dinero en el mundo para que yo hable mal de Isabel Pantoja", contestó Rollán.
El colaborador quiso explicar lo que es Isabel Pantoja para él e intentar mostrar la parte de la cantante que muchos quieren empañar: "Es una persona maravillosa, me da pena que la gente no la conozca más, porque es para comértela de lo buena gente que es. Hace muchos años que somos amigos, nos presentó mi comadre, Raquel Bollo. Yo la conocía, pero no tanto. Fue en Semana Santa. Me gusta verla bien, sonreír, es cojonuda, muy buena gente. No son justas muchas de las cosas que se dicen de ella. Es una artista única para mí, me da pena que se la vapulee tanto y que se digan cosas que la gente no tiene ni idea. En la intimidad yo soy Luis y ella es Maribel para mí".
Su salida del armario
Luis Rollán contó que vivió "con ilusión, pasión y pasándolo mal cuando te rechazan" sus primeras experiencias en el amor. Estos primeros amores de juventud los vivió con chicas, ya que durante algunos años estuvo muy confundido sobre su orientación sexual: "Estuve con una chica del instituto durante tres años. La verdad es que me lo pasé muy bien, pero era sobre todo por el grupo que hicimos. En aquella época me confundía. Estaba 'eso' ahí, pero no sabía si era porque me caían bien mis amigos y los quería un montón. En el fondo, dentro de ti, sabes que hay una atracción, pero me decía 'esto no puede ser'".
El colaborador vivía en un barrio de Sevilla, todos se conocían y decir en ese momento que era homosexual era para él un disparate: "En esa época, en un barrio de Sevilla, era como que no, no estaba bien. No es como ahora que está todo más claro. Ahora puedes ver a un tío muy masculino y puede ser gay, pero entonces ser gay era ser una mariquita loca y no quería ser eso".
Rollán contó que jamás habló de lo que le estaba pasando con ninguno de sus amigos, aunque con algunos de ellos sí que experimentó, no quiso darle importancia hasta que se dio cuenta de que lo que verdaderamente le llenaba era estar con chicos y no con chicas: "No lo hablaba, pero notaba que había otros amigos que les pasaba lo mismo y con alguno de ellos pasó lo que tenía que pasar, que te enrollas. Entonces dices, 'esto ha pasado hoy pero es normal porque es entre nosotros'. Era como experimentar. Lo cierto es que yo disfrutaba con las chicas con las que estaba, pero con ellas no era igual, no me sentía lleno del todo".
La primera vez que habló abiertamente sobre su homosexualidad fue con sus hermanas y lo hizo poco después de romper la relación con la que se convirtió en su "última novia". Luis confesó algo que no había contado jamás y era que esta chica "es famosa": "Fue una relación tormentosa. Ella es famosa y sus padres también, son cantantes famosos. Lo pasé mal, lo que pasa es que estaba peor que yo de la cabeza, estábamos saliendo, luego no, luego sí y me desorientó".
El colaborador jamás había hablado de esta "novia famosa", pero como había decidido abrir su corazón en 'La Caja' decidió soltarlo todo: "Nunca ha contado públicamente quien es esta chica. Espero que no le importe. Se llama Alba Molina y es cantante. Fue una relación muy intensa. Con ella me fui a un viaje, yo estaba trabajando en los '40 Principales', se hizo un concurso en el que la chica que ganara se tenía que ir de viaje conmigo a París. La chica que ganó se llamaba Mari Paz, hoy día Paz Vega. Alba se enfadó, entonces el padre le pagó el billete y nos fuimos los tres a París. Tengo muy buen recuerdo de ese viaje. Nos pasó de todo, nos divertimos muchísimo, estando allí me enrollé con Alba, luego corté con ella y me enrollé con Paz, fue un lío, pero muy divertido".
El colaborador reconoció que, aunque su relación con Alba Molina fue bastante tormentosa, porque tuvieron muchas idas y venidas, "estuve enamorado de Alba, pero ahí ya me había enamorado también de algún chico, pero eso era como el amor secreto, lo que te quedas para ti, algo prohibido".
Algunas palabras que marcaron a Luis
Palabras como "marica mala" o "amanerado" marcaron a Luis Rollán durante su juventud. Son palabras que desgraciadamente aún tiene que oír, pero que con los años ha aprendido a que le resbalen. Sin embargo, durante su adolescencia le hicieron mucho daño: "Me sentía mal, lo que se consigue con un insulto así es hacer que te sientas un apestado. Me molestaban mucho, incluso me he llegado a pegar por eso. En esa época te afecta mucho, hasta que llega un momento que te dicen 'maricón' y tú contestas 'vidente'".
A día de hoy son cosas que ya no pueden herirle, pero le duelen porque hacen daño a su familia: "Es un proceso desde que lo sabes, hasta que lo asimilas y hasta que te aceptas. Una vez que lo aceptas y sabes que no es malo, no pasa nada. A mí personalmente ahora no me hace daño, me molesta por mi familia. Cuando me dicen que soy gay digo 'no, maricón con acento en la o', porque gay me suena a enfermedad. ¿Y marica? Sí. ¿Mala? No, porque no me considero mala persona".
La palabra "amanerado" también se le quedó algo grabada a fuego: "Me lo han dicho en mi casa, mi padre. En el fútbol era malo no, lo peor. Mi padre se ponía negro, quería que fuese Gordillo. Me decía 'estás amariconado' y me sentía fatal porque era como que lo estaba defraudando a él. Ahora me acuerdo y me da risa, pero en aquella época lo pasé mal".
Sus pilares: sus padres y su pareja
Para Luis Rollán su pareja es lo más importante del mundo. El colaborador confesó que junto a él se siente "el hombre más afortunado de la Tierra" y aseguró que está deseando que llegue el día de su boda: "En junio me caso. Hará un año que estamos juntos. No son muchos meses y muchos pensarán que hemos corrido mucho, pero desde el día que nos conocimos surgió algo entre nosotros. Luego en una cena surgió y le pregunté '¿nos casamos?' y me dijo que sí. Él está siendo mi apoyo, es mi referente, mi mitad".
El otro pilar fundamental de su vida son sus padres, que jamás han cuestionado su orientación sexual y han sido los primeros en apoyarle con el tema de su boda: "Mis padres me dijeron que si estábamos seguros, les cogió de sorpresa, pero me siento bien porque he tenido mucho apoyo por su parte. Ellos lo conocen, le tienen mucho cariño, saben que es una persona trabajadora, que no tiene nada que ver con el medio en el que me muevo. Están contentos porque me ven estable, feliz, ilusionado y es eso lo que quieren para mí".
Luis comentó que jamás tuvo una conversación con sus padres para decirles que es homosexual, aseguró con rotundidad que si sus hermanas no la han tenido para decirles que son heterosexuales, él tampoco tenía que hacerlo. Aún así, confesó que hace no mucho tiempo sí quiso hablar con ellos, lo hizo en ese momento porque era justamente cuando se encontró preparado para contestarles a todas sus preguntas:
"Tuve una conversación con ellos hace poco. La tuve con el corazón en la mano, les pregunté qué pensaban, cómo se sentían, cuáles eran sus miedos. Fue muy gratificante, me sentí muy bien . Si tuviera que decirles ahora algo sería que soy el mismo de siempre, lo que estoy haciendo no es nada malo, es querer, y no hay nada más bonito que eso. Si se quiere de verdad es entendible, da igual si es hombre o mujer. Ellos me entienden y saben que es así. Siempre los he tenido ahí. Me siento muy afortunado por la familia que tengo. Me arrepiento de no haber hablado antes con ellos, pero todo pasa por algo. Creo que ha llegado, aunque tarde, en el momento que tenía que llegar. Ellos están orgullosos de mí, pero yo lo estoy mucho más de ellos".