Kiko Hernández: "Creo que nos estás metiendo una bola que no te la crees ni tú"
TELECINCO.ES
05/02/201104:55 h."Egocéntrica", "tirana" o "mentirosa". Estos son sólo algunos de los calificativos que los colaboradores de 'Sálvame' han dedicado a Karmele en más de una ocasión y que han terminado fraguando un constante y recíproco odio entre la periodista y sus compañeros. Precisamente por esto, Karmele decidió entrar en 'La Caja Deluxe' para buscar qué le había llevado a ese punto y buscar remedio a la tensa situación que estaba viviendo.
El problema fue que no empezó del todo bien. Cuando el presentador y sus compañeros escucharon como Karmele decía que actualmente continúa en 'Sálvame' "porque no tiene otra cosa", los ánimos se caldearon bastante y los ataques no tardaron en llegar. Kiko Matamoros fue uno de los primeros en abrir fuego: "La presión la sientes ahora, ahora es cuando tus palabras tienen peso, porque en 'La Caja Deluxe' todos hemos dicho cosas de las que nos arrepentimos. Pero yo creo que tienes una memoria muy selectiva, porque tú has tenido problemas en todos los programas en los que has trabajado".
Karmele intentó defenderse alegando que "lo que se dice en 'La Caja' es en un contexto determinado y puede quedar distorsionado". Bibiana Fernández, que acudió al 'Deluxe' para analizar el paso de la colaboradora por 'La Caja', quiso echarle un capote: "Creo que ella lo que pedía es un avatar, vivir la vida desde otro lado más agradable. Pero todos lo queremos. Yo siempre pienso que ese 'qué he hecho yo y qué puedo cambiar yo'. Porque en definitiva, una no tiene poder de cambiar al resto, pero sí lo puedes cambiar desde tu propia actitud". Alessandro Lecquio, sin embargo, no se cortó a la hora de comentar su opinión: "El gran problema de Karmele es que ella no soporta a sus compañeros, se cree superior que ellos y le deprime estar al mismo nivel".
La colaboradora pidió la palabra para dejar claro que no estaba dispuesta a que la "quemaran viva" y aseguró tras su paso por 'La Caja', ella había sido la primera que había echado la vista atrás y había analizado su vida su comportamiento. Además, añadió que no tiene problemas en escuchar lo que piensan los demás, pero siempre desde el respeto: "Me gusta que la gente me diga siempre la verdad, soy conductista en ese sentido".
Otra de las frases de Karmele que fueron analizadas en el programa fue el hecho de que Karmele resaltara en más de una ocasión que ella es periodista y otros compañeros no lo son. Bibiana Fernández le explicó que, desde su punto de vista, "sin darte cuenta al decir que tú eres periodista y los otros no, creas tensiones entre vosotros". Lecquio, añadió al respecto que, hoy en día, ya no hay tanta diferencia entre los periodistas y los personajes públicos que se convierten en colaboradores, "ahora estamos todos en el mismo saco".
Lydia Lozano y Mila Ximénez, dos de las compañeras con las que más broncas han protagonizado, se pusieron de acuerdo sobre lo que, para ellas, es el verdadero problema de Karmele. "Lo cierto es que tú nos odias a nosotros y nosotros lo percibimos", apuntó Mila, mientras que Lydia aseguró: "Yo creo que lo que sucede es que no nos soportas". La respuesta de Karmele simplemente fue que "ni somos tan malas, ni tan buenas, todas tenemos un punto de razón en algo, eso es cierto".
Kiko Matamoros volvió a la carga, para recordar a Karmele que, según él, ella sí había sido más "mala" que sus compañeros a lo largo de su vida y que había hecho mucho daño y había dejado "muchos cadáveres en el camino": "Tú tienes una historia detrás como la tenemos todos, has sido de las periodistas más agresivas. Tú en un plató te levantaste en el descanso y me llamaste nazi, hijo de puta, borracho y cabrón". Karmele, muy pacífica, le replicó que ella prefería ver el lado positivo de la situación, y "aunque los dos nos hemos dicho de todo, lo bueno es que al haber llegado aquí nos hemos llevado mucho mejor".
Kiko Hernández, que se había mantenido en silencio hasta el momento, pidió la palabra para opinar sobre el hecho de que Karmele les reclamase afecto y cariño, sus palabras fueron muy duras: "Creo que estás metiendo unas bolas que no te las crees ni tú. Te conozco desde hace nueve años y no me has dado un beso en la vida". La colaboradora saltó rápidamente para corregir a Kiko y decirle que se estaba equivocando: "Tú y yo nos hemos dado un montón de besos, incluso uno o dos en la boca. Lo que no me gusta es que me den besos cuando estoy maquillada, pero cuando no estoy maquillada sí".
La dura niñez de Karmele, ¿realidad o ficción?
Jorge Javier, que se quedó muy conmovido por el infierno que Karmele vivió durante su infancia, le preguntó si en esa dura época llegó a pensar alguna vez que sus padres habrían preferido que muriese ella en vez de su hermana. La respuesta de la periodista fue desgarradora: "Sí, cuando yo nací hacía un mes que se había muerto mi hermano varón. Fui buscada, pero quizás estaban buscando un niño y salí yo. Luego llegó mi hermana, que también murió, ella era perfecta y yo no".
"Un día se fueron al campo y me olvidaron en la calle . Nos íbamos toda la familia a una casa que teníamos en el campo, metieron todas las cosas en el coche, a mí me olvidaron y me dejaron con una cestita de comida en la calle. Una cosa es perderse en un entorno donde hay mucha gente y otra que te olviden en la puerta de tu casa un domingo a medio día cuando no había nada en la calle. No se dieron cuenta hasta las ocho de la tarde", continuó contando Karmele sin poder contenerse las lágrimas.
Los colaboradores se quedaron petrificados al escuchar el terrible testimonio, todos menos Matamoros, que no se cortó ni un pelo en espetar a Karmele que no la creía , lo que hizo que la periodista estallara en llanto y repitiera una y otra vez que decía la verdad: "Yo no tengo necesidad de inventarme ni esto ni nada, yo lo pasé muy mal, mis padres no me querían".
"No fui feliz hasta que mi hermana murió"
Karmele confesó en 'La Caja Deluxe' que su infierno terminó el día que murió su hermana pequeña . Unas palabras que dejaron de piedra a todos los presentes, sobre todo por la frialdad con la que la colaboradora las decía. Por este motivo, Karmele quiso explicarse: "Tengo que explicar por qué digo liberación. Yo con mi hermana casi no había convivido, además tenía que aguantar cosas como cuando nos íbamos a acostar y le daban un beso a mi hermana y a mí no. A mí no me dejaban jugar con nadie y a ella sí. Ella tenía las pautas de la vivencia con mis padres, pero yo era rebelde.
La verdad es que nos llevábamos muy bien, pero es cierto que me sentí liberada porque me sentía sola y desgraciada. Mis padres no me trataban bien, tenía peleas tremendas con ellos y me tenía que escapar. Al morir mi hermana se aferraron al luto y a la fe, en Navidad ponían un retrato de mi hermana donde se sentaba ella. Todo eso a mi me creaba una situación de soledad tremenda. Entonces cuando murió comenzaron un culto a la memoria de mi hermana, se olvidaron otra vez de mí y entonces ahí es cuando yo me libero. No por odio a mi hermana, porque yo la quería, sino que me libero de esa atmósfera triste, negra y horrorosa que tenía".
Un infierno junto a su padre
Para Karmele la única persona que realmente la ha querido en su vida es su abuela: "Mi abuela fue una persona que me quiso mucho, ella me dio mucho cariño, pero no me pudo dar todo lo que necesitaba. Por esa falta de cariño cometo muchos errores y por eso tanto en mis relaciones con los hombres como con amigos y compañeros siempre he pedido ese cariño".
La imagen de su abuela aún pervive en su memoria, tanto que no pudo evitar derrumbarse de nuevo al recordar que la única que la defendía de los ataques de su padre era ella, su abuela. El problema era que no siempre estaba presente cuando su padre arremetía contra ella, como fue el día que la amenazó con una pistola cargada.
Según Karmele, ese trágico episodio no fue el único que tuvo que vivir, ya que las amenazas, las palizas y los gritos eran constantes: "Con el bastón de mando también me pegaba muchas veces, y con el cinturón. Es que no sabéis lo que es eso, sé que lo ha pasado mucha gente, pero yo sé lo que me ha pasado a mí. Me pegaba palizas, me gritaba y me decía que todo lo hacía mal. Por eso digo 'Hasta aquí' el día de la pistola, que además coincidió con un cambio de casa que hicieron mis padres. Cuando volví a casa me dí cuenta de que no había ninguna habitación para mí".
Otro de los momentos desagradables que Karmele vivió por culpa de su padre fue cuando tuvo que dejar la Universidad de Barcelona y trasladarse a vivir a Pamplona para poder terminar sus estudios: "Mi padre me iba a buscar vestido de militar, con el chofer y el coche. En ese momento había efervescencia política en Barcelona contraria al régimen y me iba a buscar para que no me juntara con los rojos". Al escuchar todo lo que Karmele estaba contando, Bibiana Fernández, que no podía dar crédito a todo el sufrimiento por el que había tenido que pasar Karmele espetó: "Son de esos padres que no te quieren pero que te joden, por el qué dirán los demás".