Javier Rigau culpa al secretario de Gina Lollobrigida de su situación: "Se ha pulido una cosa tras otra, calcula 12 millones"
Javier Rigau estalla muy enfadado en 'Sálvame': "Lo que ha pasado con Gina Lollobrigida es gordísmo"
“Todos podemos ser víctima de un lavado de cerebro y ella, pobre, ha sido así”, decía Javier Rigau de Gina Lollobrigida
Javier Rigau da gracias por haber podido despedirse pero lamenta no haber podido hacer más: “No hemos llegado a tiempo y eso lo tendré clavado siempre”
Javier Rigau estalló en 'Sálvame' tras sentirse cuestionado y es que algunos colaboradores no entendían que Gina Lollobrigida ingresara "desnutrida" y "deshidratada", la familia culpe a su secretario de su situación y nadie hiciera nada: "Lo que ha pasado con Gina Lollobrigida es gordísmo", aseguraba Rigau. El viudo de la actriz afirma que lo intentaron todo pero no llegaron a tiempo. “Todos podemos ser víctima de un lavado de cerebro y ella, pobre, ha sido así”, decía.
Javier y su hijo lo intentaron por vía judicial pero, según apuntaba en ‘Sálvame’, no consiguieron su objetivo: “Lo que ha pasado en casa de Gina pasa en tantos hogares que personas que no están al 100% están machacadas mentalmente por gente que la pone en contra de la familia con el único objetivo de depredarlas”.
Javier aseguró en esta conversación con Kike Calleja que Gina, desde que se rompió el fémur, vivió en la planta baja de su casa, sin cama, en una butaca y sin calefacción. Según su testimonio, su hijo y su nieto no podían visitarla y añadía que todo estaba en manos del secretario de Gina.
Según contaba, era además “manager” y “administrador de todas sus sociedades”: “Cualquier hijo ¿Qué hace? Ponerlo en manos de la justicia, sobre todo, cuando lo han desahuciado judicialmente a empujones a él y al niño”.
¿Qué ha pasado con la herencia de Gina Lollobrigida?
Pero ¿Qué ha pasado con el dinero de la actriz? Según Javier Rigau, “todo ha desaparecido” salvo la casa en la que vivía Gina: “Este tío fue el administrador único y se ha pulido una cosa detrás de otra, calcula 12 millones de euros en líquido y ahora lo que queda es la casa”.
“Todos podemos ser víctima de un lavado de cerebro y ella, pobre, ha sido así”, se lamentaba Javier, aunque daba gracias porque pudieron estar con ella en el hospital los últimos días de vidas: “Se ha podido despedir y decía ‘me he equivocado en todo, lo siento”.
Sin embargo, Javier acababa diciendo: “No hemos llegado a tiempo y eso lo tendré clavado siempre”.