El devastador relato de María Añó, gimnasta rítmica: insultos, vejaciones y castigos

  • La deportista cuenta en 'Sálvame' que la pesaban dos veces al día y la llamaban "celulítica" cuando pesaba 38 kilos

  • "A nosotras nos daban un yogur y pasábamos hambre”, confesaba María Añó

  • Tras la denuncia de María, una de sus entrenadoras ha sido inhabilitada

María Añó relata haber vivido un verdadero infierno junto a sus entrenadoras. La gimnasta rítmica cuenta que la pesaban por la mañana y por la tarde y que la llamaban “celulítica” cuando solo pesaba 38 kilos. Además, nos ha contado que la insultaban y que incluso la castigaban sin comer o le daban un hueso de pollo para cenar como castigo por no clasificarse.

Empezó a los tres años en el mundo de la gimnasia rítmica. Para ella era un sueño pero se convirtió en pesadilla “por la mala praxis de las entrenadoras”. Empezó a darse cuenta de la situación en el año 2018, cuando tenía 15 años. Su entrenadora la llamó “loca”, le recomendó ir al psicólogo y María fue.

Le relató todo lo que le decían, lo que le hacían en entrenamientos o competiciones y el psicólogo le hizo ver que no era normal. Le recomendó cambiar de club, pero no había otro en su localidad y dedicaba a la gimnasia entre ocho y nueve horas mientras estudiaba a distancia.

María Añó: "Nos dieron un hueso de pollo para cenar porque habíamos fallado"

María vivía situaciones en la que le “restringían alimentos” como la pasta o el plátano para que no engordaran: “Solo podíamos cenar yogur, pagábamos dietas por ir a competición y ese dinero se lo quedaban para ir a restaurantes y comer. A nosotras nos daban un yogur y pasábamos hambre”, narraba.

Cierto día, una entrenadora la “acorraló” y le advirtió que si contaba lo que le daban de comer, pasaría “algo grave”: “En ese campeonato me alimentaba a base de yogur y sopas, solo con caldo”.

En otra ocasión, tras fallar en una competición y no pasar a finales, su compañera y ella se quedaron sin cenar: “A nosotras nos dieron el hueso del pollo y nos dijeron que no merecíamos cena porque habíamos fallado”.

En el año 2019 una de sus entrenadoras le dijo que la estaba maltratando y escuchar esa palabra fue demasiado para María. Decidió dejar el club y, a partir de entonces, asegura que ha sufrido “acoso y derribo”. Tras la denuncia de María, una de sus entrenadoras ha sido inhabilitada.