Amador Mohedano ha dado naturalidad a su pillada haciendo necesidades en la playa: "Ese día me dio un retortijón que no llegaba a mi casa, busqué un hueco, no había nadie y había un espabilado que dejó su trabajo por grabarme y venderlo". Asimismo, el chipionero ha afirmado que no va a vender el ático porque eso le corresponde a Rosa y que su Tablet robada contenía un 'making of' sobre el museo de Rocío Jurado.