Cada estación del año afecta de una manera diferente al cabello y por eso resulta imprescindible adaptar los productos de la rutina diaria. La exposición al sol, el cloro y el salitre debilitan el cabello, así que es importante prevenir desde que aprietan los primeros rayos de sol. Por eso, las mascarillas capilares reparadoras serán tus mejores aliadas, con ingredientes que aportan una nutrición e hidratación extra al cabello, al mismo tiempo que reconstruyen las cutículas para lucir un pelo sedoso y brillante.
No es cierto que haya que esperar a ver las puntas abiertas y el pelo castigado para utilizar una mascarilla reparadora. Los daños se acentúan durante los meses de verano, pero también con el uso diario de secadores o planchas.
La aplicación de este producto requiere algo más de tiempo que un champú convencional, ¡pero será la excusa perfecta para tomarte un respiro y desconectar de la rutina! Se recomienda dejar reposar la mascarilla durante, al menos, 20 minutos para que el cabello absorba todas sus propiedades. No hay una guía para saber cuántas veces a la semana debemos utilizar una mascarilla reparadora, pero conviene escuchar las necesidades del cabello y prestar atención a los factores externos. En líneas generales, se deben aplicar, como mínimo, una vez a la semana, aunque en los meses estivales su uso puede aumentar hasta dos o tres veces semanales.
Consejos para sacar el mejor partido a la mascarilla
El aceite de argán y el extracto de lino son los ingredientes principales de esta mascarilla formulada para cabellos medios y gruesos. Con una textura cremosa, este producto destaca por las propiedades nutritivas que dejan una sensación única en el cabello. Otro de sus puntos fuertes es el aroma, ya que combina el ámbar picante y almizcle con flores dulces.
Repara el cabello dañado de raíces a puntas gracias al efecto de la proteína de quinoa. Este ingrediente, además de aportar una textura brillante y sedosa, nutre el folículo piloso y promueve el crecimiento del cabello. Su textura de crema en gel no deja ningún tipo de residuo. También se puede combinar con otros productos de la gama para acelerar el proceso de recuperación.
Este producto está elaborado con un 96% de ingredientes naturales, con fórmulas veganas y sin colorantes artificiales. La proteína que incluye repara los daños y hace que el cabello vuelva a crecer más fuerte. Sin embargo, el punto a favor de esta mascarilla es que ofrece la posibilidad de tener cuatro productos de la rutina diaria en uno. Se puede utilizar antes del champú para un cuidado más suave, como acondicionador para terminar con los enredos, como mascarilla para un cuidado profundo y como un tratamiento sin aclarado para las puntas.
Con una fórmula rica en cebolla, compuestos azufrados y vitaminas, está pensada para darle vida a los cabellos grasos. Sus propiedades antioxidantes, purificantes y estimulantes aportan brillo, nutrición y luminosidad, mientras reparan el cabello dañado con ingredientes de origen natural, sin sulfatos ni parabenos. Además, el aceite de macadamia proporciona un toque de suavidad y un olor muy agradable.
Los cabellos teñidos necesitan un cuidado especial por el impacto de las sustancias químicas, pero esta mascarilla llega para demostrar que lucir un color bonito y una melena luminosa es totalmente compatible. Envuelve el cabello dañado en una película ligera gracias al revastol, que protege a las células de los radicales libres. Además de aportar brillo y suavidad, el cabello se vuelve hasta un 94% más resistente a la rotura.
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