La casa, en pie de guerra por la compra semanal
Si fueran Laura o Ruvens quienes necesitasen una alimentación especial no hubiéramos asistido ayer a una exaltación de la falta de empatía
Gran Hermano | Última Hora (07/10/24), completo
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Lo sucedido ayer con la compra semanal se explica en dos afirmaciones. Primera: Vanessa necesita tener una alimentación especial porque no come sólidos, lo cual obliga a hacerle un menú distinto y, por consiguiente, una compra específica para ella. Segunda: Vanessa tuvo casi media casa en contra en los posicionamientos del domingo. Juntemos el contenido de las dos afirmaciones y tendremos la explicación de por qué ayer la casa se puso en pie de guerra por la compra semanal hecha por Maica y Luis.
Otra cosa hubiera sucedido si hubieran padecido Laura, Ruvens o Nerea la enfermedad de Vanessa. Ellos fueron los más beligerantes ayer en contra de la compra. El Gran Hermano tomó una decisión que alentó la polémica porque hasta ahora la compra para Vanessa iba fuera de presupuesto. El ‘súper’ comunicó a Maica y Luis que a partir de ahora entrará dentro del presupuesto general de 5 euros por persona y día. Llamaron a Vanessa al ‘confe’ y su compra costó unos 50 euros, lo cual reduce el presupuesto para el resto solamente en un euro por persona.
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La que armaron por tener que ceder un euro en la compra
No hizo bien los cálculos Ruvens, lo cual tampoco es muy extraño. Durante la reunión convocada en el salón por Maica una vez vio que se estaba liando la cosa, decía Ruvens que el presupuesto para cada uno de los demás quedaba en 32 euros. Este concursante ha contado en la casa que es un ingeniero metido a director de cine. Pues ni le salen bien las cuentas ni sabe que la película ‘La colmena’ está dirigida por Mario Camus y no por Víctor Erice, como afirmaba ayer. El estilo del film basado en la novela de Camilo José Cela se parece al de las películas de Erice como un huevo a una castaña.
Ya fueran dos euros o uno, no parece traumática la reducción del presupuesto, y poner pegas a que una compañera tenga la peculiaridad de Vanessa con la comida es demasiado cicatero, por no decir mezquino. El problema se centró en que Vanessa incluyó en su particular lista de la compra un frasco de crema de galleta (no una galleta cualquiera, sino una muy famosa que está para perder el sentido). No quisieron enterarse de que del mismo modo que ellos tienen pan, cereales o galletas en la compra para poder desayunar, Vanessa deberá tener otra cosa porque no prueba nada de lo anterior. Tampoco come carne, ni pollo, ni tantas otras cosas.
Laura y Ruvens se obcecaron en decir que la crema de galleta era un capricho personal, lo cual no es cierto. Maica defendió la labor que había hecho junto a Luis, asegurando que comerán sano y todos tendrán sus caprichos personales. Luego hay caprichos de grupo, como la crema de cacao, que muchos devoran como si no hubiera otro día. También Vanessa, porque aunque tenga su propio menú los caprichos generales no le van a ser negados. Pero, claro, es Vanessa. Ya digo que esto no hubiera pasado si llega a tratarse de otra persona. A Laura le estarían haciendo pisar por una alfombra de galletas para compensar su sufrimiento con la comida. Y sin rechistar.
Me parece una torpeza por partida triple ponerle pegas a la compra para Vanessa por tener que ceder un euro cada compañero y por el dichoso frasco de crema de una galleta famosa. Torpe porque están cayendo en la trampa de Gran Hermano, que obviamente ha incluido en la compra de todos la de Vanessa, hasta ahora fuera de presupuesto, con toda la intención. Igualmente torpe porque con esto logran que el espectador tenga compasión por Vanessa, pobre enferma que necesita comer de manera muy distinta al resto y no hacen otra cosa que ponerle dificultades. Y, finalmente, también veo torpe, muy torpe, que inicien por esto una guerra en la que tienen todas las de perder.
La banda de Ruvens está en clara minoría. Aun contando a Nerea entre quienes se pondrían contra la compra (Luis no porque la hizo él junto Maica) siguen teniendo todas las de perder. En realidad, a Nerea le daba igual el tema, solo presionaba y volvía a presionar para ver si lograba que se socializase la crema de galleta para poder disfrutar todos de esa ambrosía. Pienso que a Vanessa le avalarían al menos Daniela, Silvia, Lucía, Violeta, Jorge y, por supuesto, su marido Javier. Además, los dos responsables de la compra no tirarán piedras contra su propio tejado. Contándola a ella misma son nueve concursantes, mayoría absoluta.
Todos saben que Silvia salvó a Vanessa
Todos en la casa saben, o dan por supuesto, que Silvia ha ganado el ‘Big Bro’ y salvado a Vanessa. A nadie se le escapó el abrazo de ambas recién salida la premiada del ‘confe’, justo finalizando una gala. Edi contaba ayer a Ruvens y Laura (núcleo duro del grupo que niega serlo, siempre pasa igual) que Silvia lo había contado, según dijo alguien. Esto es como lo de aquella canción de Serrat: “Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer un tipo que un día fue feliz.”. Al final no sabemos ni si Silvia lo dijo (lo cual sería tropezar dos veces con la piedra de no saber guardar un secreto) y, en tal caso, a quién se lo dijo, quién lo escuchó y quién ha sido capaz de contárselo a Edi. No me creo nada.
La costumbre de Adrián con su mano y sus partes íntimas
Poco conoce Maica a Adrián si después de un mes se da cuenta ahora de la marcada afición que tiene el boxeador de masajear sus partes íntimas todo el santo día. Adrián se queda en nada si le quitas el palillo de la boca y las manos de su paquete. Comparte lo del palillo con Edi, lo cual debería ser motivo de expulsión disciplinaria. O algo peor. Sería sensato pensar que siendo consciente de cosas como esta, Maica haya terminado definitivamente desencantada con Adrián y viendo algunas de sus broncas (ayer tuvieron una que parecía fuerte) así lo parece. Pero resulta que ahora anda celosa de otra compañera de encierro.
Contaba Maica a Óscar en el jardín que ha observado cosas que no le gustan nada. No hizo falta mucho esfuerzo del profesor de equitación para que soltase prenda. No le han gustado algunas miraditas de Adrián a Lucía. Según su percepción (no compartida por Óscar) su pretendiente tiene ya repuesto en una de las mellizas Rolek (es su apellido). Lucía tiene la misma edad que Maica y dedica tanto tiempo en maquillarse que su compañera en eliminar gérmenes (o más). Óscar le soltó lo que habríamos dicho todos: “¿Pero no sois amigos solamente?”. ¿A qué vienen los celos? Ese orgullo mancillado de Maica la convierte en el perro del hortelano, que ni come la hierba ni la deja comer.
Óscar estuvo ayer alcahueteando, como gusta él de decir. Antes y después de hablar con Maica lo había hecho con Adrián, quien dijo la frase típica del pretendiente fracasado. Bueno, y de otros muchos hombres sobre cualquier mujer. “No sé qué es lo que quiere”, afirmaba. Pues ya te lo digo yo, ven y sácate el palillo de la boca. Mira, puede que Maica sea contradictoria y quiera al mismo tiempo que olvides la posibilidad de ser algo más que amigos, mientras siente celos si te acercas a otra mujer. Ya te enterarás de esto. Pero lo que ella tiene seguro es una cosa: Quiere que dejes de hablar de ella con los demás. ¿Tan difícil es de entender? Te lo ha reprochado medio millón de veces, tirando por lo bajo. ¿Por qué no dejas de compartir tus penas con cualquiera y cierras la boquita? Ya te puedes poner el palillo otra vez.
Tenemos nuevo ‘minisúper’
Once medallas colgaban del cuello de Javier cuando fue proclamado nuevo ‘minisúper’. Solo tenía la competencia de Maica, convencida de que lograría revalidar del título debido a su buena labor. Puede que algunos se decantaran por Javier por contemporizar un poco y suavizar el enfrentamiento del domingo con Vanessa. Sería el premio que la gallega conseguiría tras una esforzada jornada acercándose a sus enemigos para intentar congraciarse con ellos. Su conversación con Laura me pareció de vergüenza ajena por lo mucho que la vi arrastrarse. Javier volvió a poner a Laura en la cocina. Un rato antes, había intervenido en la radio sin quitar la capa de Mayte, como había prometido repetidamente en días anteriores. Javier gana un día lo que pierde al siguiente.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos estaban así anoche en el Última hora: 60 %, 25 % y 15 %. Está claro que algunos de los votos para Vanessa han ido a Javier, eso se está viendo que piden los enemigos de la pareja en redes sociales. No se dan cuenta de que nada haría más felices a los dos que concursar sin su pareja. Pensaba hasta hace bien poco que Javier se podría marchar si sale Vanessa, pero ahora no lo creo.
Javier ha pasado de tomarse todo con buen humor a mostrar su lado chungo. En puridad, no creo que se pueda hablar de amenazas a sus compañeros, pero el estilo es muy del tipo “te espero a la salida en el estadio del Puerta Bonita”, que decían los más macarras cuando querían pelea en mi colegio. Y ciertas expresiones malsonantes son más localismos que otra cosa. De momento, la distancia entre el primero y el segundo es amplia, por lo que sigo apostando por la expulsión de Juan.
Y en el vídeo de hoy hablo, precisamente, de Juan y esa aura misteriosa que ha dejado de interesarme, así como las razones por las que puede ser expulsado este jueves.