En 1994 la vida de la familia Ibar cambió por completo. El hijo mayor, Pablo, fue acusado de un triple homicidio cometido en Miramar (Florida) Desde entonces ha pasado veinticinco años luchando por su libertad, de los cuales dieciséis ha llegado a estar en el corredor de la muerte. Tras duras batallas legales, Pablo consiguió salir de allí pero sigue condenado a cadena perpetua.
Cándido, su padre, ha dejado de creer en la justicia después de todas estas décadas. Pero no piensa darse por vencido. Asegura que en el caso "se han gastado más de 2.5 millones de dólares" y que ya no saben de dónde sacar el dinero.
Durante este tiempo, su asociación ha recibido ayuda incluso por parte del gobierno vasco y español. Pero el desazón llega cuando sentencia tras sentencia siguen sin conseguir que Pablo salga de la cárcel.
Ahora Cándido y Michael, su hijo pequeño, han acudido en 'Quijotes del s.XXI' al abogado que lleva trabajando con ellos estos últimos once años para trabajar en la apelación.
La familia Ibar no desiste y sueñan con que pronto Pablo pueda estar entre ellos en vez de por llamadas telefónicas o cristaleras que les separan.