A Íñigo no le cogieron a la primera para entrar en ‘GH 1’ y ha confesado que se tiró dos semanas en la cama sin comer. Fue, sin duda, una de las sensaciones de esta primera edición del reality. Su espontaneidad conquistó a sus compañeros y a los telespectadores. Se ganó el cariño de todos por momentos divertido y por su simpatía, aunque fue acusado de vago por toda la casa.