“Sin mi hermana, no sería la persona que soy hoy en día, no tendría tanta fuerza y no sé si hubiese salido adelante. No sería cariñosa, cercana… Al final, todo lo que he conseguido ha sido gracias a permanecer con mi hermana”, cuenta Tamara, de 25 años, que creció con sus tres hermanos en la Aldea Infantil SOS de Zaragoza.
Como ella, casi 50.000 niños, niñas y adolescentes crecen separados de sus familias, un 47% en centros residenciales y un 53% en familias de acogida. Las circunstancias familiares que han provocado esa situación provocan el desamparo de los niños y niñas y no son fáciles de digerir. La separación aumenta su vulnerabilidad, les genera inseguridad, daña su autoestima y puede ir asociado al desarrollo de carencias afectivas y pérdida del sentimiento de pertenencia. Por eso, el vínculo que genera la convivencia y cercanía con los hermanos es un apoyo fundamental a la hora de superar el trauma.
Aldeas Infantiles SOS defiende el derecho de los hermanos a permanecer juntos. En la actualidad esta ONG atiende en España a 1.324 niños, niñas y adolescentes.
Fátima, la mayor de tres hermanas (19, 15 y 11 años), tenía solo 8 cuando entró en cuidado alternativo. “Cuando entré en el primer centro, la pequeña tenía un año y no estaba con nosotras. Eso de no estar con ella me afectaba mucho. La echaba de menos, me preocupaba por si estaba bien, me angustiaba mucho. En Aldeas, dos años después, entramos las tres juntas en la misma casa. Así fue mucho mejor”, cuenta.
A pesar de la gran importancia que tienen las relaciones fraternales en la resiliencia y recuperación emocional de los niños, niñas y adolescentes, es frecuente que los grupos de hermanos sean separados cuando entran en el sistema de protección. No es fácil encontrar familias que acojan a más de un niño o niña, por lo que es habitual que cuando se trata de un grupo numeroso de hermanos, se repartan entre las plazas sueltas disponibles.
Aldeas Infantiles SOS apuesta por romper con esa tendencia: “Cuando los padres están ausentes, los hermanos son esenciales y pueden ayudar a disminuir el trauma sufrido por el niño o niña tras la separación. Compartir la misma familia y la misma historia hace que la relación entre hermanos sea única”, explican desde la organización en el informe ‘Hermanos en acogimiento: Derecho a crecer siempre juntos’.
Es lo que le ocurrió a Mohamed, el pequeño de cinco hermanos. Entró con dos años en Aldeas Infantiles SOS y sus hermanos se quedaron con él hasta que fueron cumpliendo 18. “Entré como bebé y para mí ellos son toda la familia que tengo. A los que no tienen hermanos les cuesta más adaptase. En unos momentos en los que no vas a poder relacionarte con tus padres, viene súper bien tener familia. Si pasaba algo, siempre nos defendíamos”, explica.
Las relaciones fraternales son indispensables en la recuperación emocional de los niños y las niñas en acogimiento, por eso Aldeas Infantiles SOS reclama medidas que garanticen que se respeta su derecho a permanecer juntos, como recogen las legislaciones nacionales e internacionales.
La organización ha lanzado un spot protagonizado por una niña de 7 años que prepara una sorpresa muy especial para recibir la visita de una de las personas más importantes de su vida: su hermano mayor. Ambos viven en acogimiento pero, como todavía continúa ocurriendo en muchos casos, lo hacen separados.
Así, Aldeas Infantiles SOS quiere visibilizar la importancia de los vínculos fraternales para la recuperación emocional de los niños y niñas en acogimiento y reivindicar el derecho de los hermanos privados del cuidado parental a crecer juntos.
Firma aquí para que se cumpla la ley y los hermanos en acogimiento permanezcan siempre unidos.