Daniela Requena y Manuel González comparten ducha y masajes en su semana más ‘hot’: “Tiene buena pinta lo que he tocado”
"Cada vez le tengo más ganas", decía la valenciana tras su ducha con el exparticipante de 'La isla de las tentaciones'
Ambos se han masajeado mutuamente ante la mirada de todos sus compañeros
Daniela decidía terminar su masaje con un inesperado beso
Mientras la relación de Daniela e Iwan se enfría por momentos, la valenciana acerca posturas con Manuel, con quien ha compartido una semana de continuos acercamientos. Han pasado mucho tiempo juntos. Tanto, que han llegado incluso a compartir ducha. Eso sí, con público incluido.
Después de un rato de charla con Israel y la propia Daniela, Manuel abandonaba la conversación para poner rumbo a la ducha. Ella se interesaba por quién iba ser el siguiente compañero en usarla y el andaluz le ha lanzado una inesperada propuesta: “¿Te quieres duchar conmigo?”.
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“Manuel, a la ducha que vamos”
Daniela echaba una carcajada pero no se lo pensaba dos veces. Su amigo Israel le decía que él lo haría, y eso ha sido lo que le ha terminado de convencer: “Pues yo también. Manuel, a la ducha que vamos”.
Ella continuaba con las bromas que llevaban haciéndose a lo largo de la semana. Aunque, como dicen, entre broma y broma, la verdad asoma: “A ver si te vas a poner palote”. Él decía que creía que estaba “muerta”.
Ambos se enjabonaban y frotaban mutuamente. Daniela compartía sus sensaciones con el equipo del programa: “Tiene buena pinta lo que yo he tocado y he visto, cada vez le tengo más ganas”. Y también con Israel: “Estoy cachonda, te lo puedo decir más alto pero no más claro”.
Masaje con final sorprendente
Pero por si una ducha fuera poco, Israel que es muy observador, fomentaba un nuevo acercamiento entre ellos. Como capataz, ordenaba una sesión de masajes en la finca y él mismo hacía los emparejamientos. Obviamente, ponía a su amiga Daniela con Manuel.
Llegado el momento, Manuel era el primero en masajear. “Puedes bajar a los glúteos”, le indicaba Daniela, mientras aprovechaba para poner “el culo en pompa”. Después se intercambiaban los papeles. Ella se esperaba de lo lindo y finalizaba su masaje con un inesperado beso.