Lo que comenzó siendo un infierno para Muriel Caballero ha terminado convirtiéndose en un verdadero paraíso. De mala gana, la hija de Rosario Montes se ve obligada a pasar unos días en San Marcos con el objetivo de que recuperar a su madre y de que ésta vuelva junto a su padre. Sin embargo, la vida de Muriel da un giro de 180 grados cuando conoce a los Reyes.
La joven entabla una sincera amistad con Andrés. El hijo de Sara y Franco lleva a la hija de Rosario a la hacienda de los Reyes y allí queda totalmente prendada de Juan David. Desconociendo que su madre ha tenido una aventura con él, Muriel se deja llevar y poco a poco su relación con el primo de Andrés se va a haciendo más estrecha.
Cada vez más inquieta por las largas horas que pasa su hija fuera de casa, Rosario tiene una seria conversación con Muriel. La cantante quiere saber dónde y con quién está la coreógrafa en cada momento. Ella se niega a contarle nada de su nuevo amigo y se defiende asegurando que es su vida privada.
Al estar al corriente de los problemas de Muriel con su madre, Juan David decide sincerarse y contarle a su novia qué es exactamente lo que ha tenido con su madre.