Pablo y Julio se volvían a enfrentar tras el empate cosechado en el programa anterior, esta vez por 84.000 euros. El rosco estuvo, de nuevo, muy igualado pero esta vez Pablo se llevó el gato al agua. Lo que no faltó fue la deportividad, el respeto y la admiración de ambos. Pablo, incluso, se arriesgó en una de las letras viendo que su compañero se había arriesgado poco antes y había fallado.