Mi primera semana en Telecinco: lo que nadie te cuenta de esta tele... y que me ha flipado
Hay tantos edificios como ediciones de 'Gran Hermano'
Si en tu primer día confías en que lo vas a tener todo controlado, la idea se te disipa desde el momento en que entras por la recepción y ves que hay más edificios que ediciones de 'Gran Hermano'.
¿Qué edificio es el mío?, piensas con agobio máximo hasta que alguien te pide tus datos y te indica la que será tu próxima casa. “¿Nunca has estado en Mediaset?”, te preguntan. Y tú niegas con la cabeza mirando de un lado para otro como si estuvieras recorriéndote una avenida en pleno Nueva York. “El tuyo será el ‘G’”, finaliza la conversación. Y tú piensas: bueno, 'G' mola… Muchas palabras empiezan por 'G': “grande”, “guay”…
Las televisiones corean al unísono en la redacción
Si vienes por la redacción web, prepárate para escuchar a Ana Rosa Quintana en la redacción como si la periodista estuviera en una cueva. Temo que no recordaré más la voz dulce y aterciopelada de la presentadora de cuando la veía desde casa.
¿El motivo? Cada redactor tiene su televisor y todos quieren escuchar Telecinco y a la periodista, por lo que es imposible oírla sin réplica a no ser que te pongas los cascos (sube el volumen sin miedo) y te aísles del entorno más inmediato. ¡Y esto ocurre las 24 horas del día y con todas las emisiones de Mediaset (Cuatro, Divinity...) al mismo tiempo!
Es como si estuvieras en un mega salón con 60 personas en el que cada uno ve la televisión (o varias televisiones a la vez) y el sonido se va acoplando cada segundo. Así los presentadores parecen más faraónicos y sus voces se prolongan en el espacio y en el tiempo. Yo creo que no es azar, todo está pensado.
Comer junto a tronistas de ‘Mujeres, hombres y viceversa’
Este comedor debería tener cámaras. Eso es lo primero que pensé cuando lo pisé en mi primera semana. Pero no sólo cámaras, debería tener señal en directo a la que se pudiera acceder desde esta web con un título parecido a: ‘Telecinco: el comedor en directo’.
Lo más sorprendente no es que en el restaurante tengas cada día un súper menú para elegir sino que cuando te sientas en una mesa te das cuenta que tienes al lado a los tronistas y pretendientes de ‘Mujeres, hombres y viceversa’ Tal cual lo digo. Tres mesas a la derecha una mesa de chicas y cuatro a la izquierda una de chicos. Y tú formas parte del muro.
Con este panorama, como podréis intuir, no me importa qué como. La tele más auténtica está en directo frente a mí y con eso ya me siento lleno.
Chelo García-Cortés y su café de mediodía
Si tardas un poco más en ir al comedor por cuestiones de trabajo y terminas el almuerzo antes de empezar ‘Sálvame’ sabes que te encuentras con Chelo García-Cortés. La periodista del corazón estará con un café en la mano esperando para entrar en plató.
Esto podría no sorprender mucho si no fuera porque en mis tres primeros días viví la misma escena: la misma Chelo, el café y ella esperando. Como si estuviera metido en un bucle temporal del que no podía salir, y reconozco que pensé que Chelo estaría siempre ahí. Cada día. Esperando con su café. Al tercer día ya no la vi, pero creo que ella no trabajaba ese día. Decepción máxima y depresión para lo que restaba de jornada.
En los días que pude verla casi me acerco a ella y le digo: "¿Qué haces ahí mujer?", "¿Eres real?" Pero no me atreví y volví a la redacción sin más. Reconozco que la primera semana soñaba con esa imagen. Incluso tuve una pesadilla en la que yo le tiraba el café. Pobre Chelo. Los nervios del directo, digo… de los sueños.
Pasillos con más cuadros que el Museo del Prado
Gracias a programas como ‘Sálvame’ todos conocemos los pasillos de Telecinco, pero pasearte por primera vez por allí es lo más parecido a visitar el Museo del Prado de la televisión. Los pasillos están empapelados de enormes cuadros con las estrellas de la cadena que son pasado y presente de la historia televisiva. "¡Hola, Maria Teresa Campos!", "¡Buenos días, Paz Padilla!", "Buenas noches, Jorge Javier", es lo que te sale decirles cuando te los ves ahí inmóviles, mirándote cada día.
Y lo reconozco. Al segundo día esperé que las redacciones se vaciaran un poco por la tarde e hice un 'Stories' de los pasillos para mi cuenta de Instagram. Así mis followers verían que lo que salía en la tele por ‘Sálvame’ era verdad. Tan verdad como que yo estaba pisando también esos mismos pasillos.
Que el cuadro de Mercedes Milá te salude cada vez que vas al baño
No creo que las estrellas de la casa elijan el lugar en el que se pone su cuadro en los pasillos. El mejor para mí es el de Mercedes Milá
Y su sonrisa en la imagen no creo que sea algo casual, yo pienso que es la que se le ha quedado cuando ha podido ver como se han equivocado de puerta “sin querer” algunos de las empleadas y empleados del grupo. Lo cierto es que a mí me impresionó que cada vez que iba al baño tuviera que devolverle la sonrisa picarona a la mítica presentadora de televisión.
Eres invisible para el público que espera entrar en plató
A pesar de que eres una persona humana, de carne y hueso, para el público que espera entrar en 'Supervivientes' o 'Sálvame' eres invisible. Tales son los nervios por ver a sus estrellas que puedes salir vestido de árbol de Navidad que nadie te va a mirar.
Los primeros días yo intenté sonreír o darme incluso aires de grandeza cuando salía por el torno y fichaba mi salida con una cola de personas esperando para entrar en plató. Fracaso absoluto. Ellos son unos auténticos profesionales y no puedes darles gato por liebre o, mejor dicho, redactor principiante por estrella de la televisión.