Rocío Flores apuesta por un tratamiento exclusivo para curar las cicatrices tras su operación de pecho
La exconcursante de 'Supervivientes' ha mostrado a sus seguidores la nueva fase para su recuperación de pecho
Rocío Flores se sometía a una cirugía de aumento de pecho de la que cada vez está más recuperada
Rocío Flores no duda en seguir mirando para buscar la mejor versión de sí misma. La exconcursante de 'Supervivientes' está trabajando mucho para que después de su operación de aumento de pecho, todo quede perfecto y pueda lucir escotazos al sol durante el verano. Sin embargo, tras la cirugía, los médicos le han dado una recomendación para sus cicatrices que ella está siguiendo al pie de la letra y que ha mostrado orgullosa a sus seguidores.
Después de haber presumido ya de escote y verse cada vez más segura con su nueva figura, la hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco no ha dudado en seguir distintos tratamientos que ayuden a su recuperación tras el aumento de pecho. Así es como hemos conocido que ha caído en la tentación de la revolucionaria tecnología de la radiofrecuencia con Indiba, aunque este no sea el único cuidado que está teniendo.
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Contra las cicatrices que le han quedado de la cirugía, la influencer está muy concienciada. La colaboradora de 'El Programa de Ana Rosa' y de 'Ya son las ocho' está optando por una solución médica que ayuda principalmente a que no se formen cicatrices hipertróficas o también denominadas queloides (lesiones en la piel por crecimiento exagerado del tejido cicatrizal).
Rocío Flores ha compartido en su perfil de Instagram este nuevo paso que ha dado y que le da una mayor libertad a la hora de escoger sujetador para no estar tan limitada por el quirúrgico. A través de unos parches reductores de cicatrices para los que le ha dado permiso ya el médico de cara a su utilización, la influencer tiene protegido el pecho y, además esta solución sirve contra las radiaciones solares.
Para Rocío Flores es de vital importancia que en este proceso de curación no aparezcan queloides y, tras llegar a esta fase, no ha podido evitar mostrar mucho entusiasmo: "¡Por fin! Nunca había tenido tantas ganas de ponerme un parche", ha dicho divertida de lo que significa un gran avance en su recuperación.
La recomendación médica dice que estos parches se tienen que llevar 24 horas diarias, puesto que son resistentes al agua y transpirables y solo reemplazarlos cuando se caigan o pierdan adherencia. De su uso está garantizado que la cicatriz esté seca y protegida para que no queden después lesiones en la piel que no se puedan disimular.