SORPRESA: El Risto de 'OT' NO fue fiero como lo pintábamos
Hace más de diez años del Risto Mejide azote de los triunfitos. Lo fácil es quedarnos con que él lucía melena al principio, pero no voy a obviar que yo era una cría. Lo que quiero decir es, ¿puede ser que Risto no fuera tan cruel como lo queremos recordar?, ¿es posible que el imaginario colectivo haya potenciado la imagen de villano? Para poder valorarlo, traemos del pasado las que fueron sus valoraciones más duras:
Ya no sé si me siento más imbécil por haberme creído en su día su antigua pose o porque efectivamente, el recuerdo que tenía de Risto fiero es totalmente exagerado. Porque francamente, que se queje del inglés de una concursante, de la sosez de otro y de las decisiones de la audiencia NO ES PARA TANTO.
ENVIDIA: Un bikini, muchos besos... Así nació el Risto sin miedo al ridículo
Creo que Risto Mejide era un poco ese profesor de literatura de americana con coderas por el que suspirabas en secreto. Ya sabes, ese que no era guapo y que tus compañeros de clase odiaban, pero a ti te puso un notable y sentías que podrías pasarte todo el verano en una casa al lado del mar oyéndole recitar. Pues se lo ha llevado Laura Escanes. Y no sólo eso: ha conseguido que se ponga un bikini,
que haga la tontada de cambiarse las caras...
y que pose quieto dándole un besito mientras alguien (ojalá supiéramos quién) les hace la foto.
Pues bien, creo que me da envidia. Envidio que juntos hayan liberado al 'pavo' que Risto tiene dentro (todos tenemos uno), porque las mayores 'pavadas' las hacemos cuando estamos locos de amor.
PUDOR Y VICIO: El verdadero Risto #sinfiltros está en el Stories
Si los perfiles de Instagram de Laura Escanes y Risto Mejide suelen lanzarnos bombas de amor desde que están juntos, el Stories de Laura es un campo de minas. Sólo ahí, amparado por la caducidad de las publicaciones, Risto aparece sin filtros. Pero sin filtros de verdad: sin cuidar la pose y la luz, pero también sin guardar las apariencias, sin prestar atención a su rol, sin pensar en los que miramos. El efecto que me causa verlo meterle el dedo en la nariz a su chica o con el filtro de perrito es inquietante: lo veo tan casero y tan absurdo que a la vez que tuerzo el labio, sonrío. Causa pudor pero, en el fondo, empatizas y te enganchas. Os lo recomiendo, es como si te estuvieses asomando por la mirilla de la puerta... y no pudieras parar.
RESPETO: Risto (y todos) amamos como queremos y a quien queremos
No debería ser ni necesario, pero voy a terminar aclarando que el cóctel de emociones que creo que provocan Risto&Laura como pareja pública y que aquí desgloso no tiene NADA que ver con juzgar su historia de amor. Es simplemente (o pretende ser) un análisis con un poco de guasa de sus publicaciones en redes. Ellos mismos defendían, precisamente en Instagram, el necesario respeto al amor en todas sus formas y expresiones. Pues eso, ¡que un olé por vosotros y por el amor en general!