A Raquel Morillas le cambió la vida un accidente de tráfico que sufrió hace 18 años. La que fuera concursante de 'Gran Hermano 3' volvió a nacer aquel fatídico 2 de junio de 2003, aunque este grave suceso le dejó secuelas permanentes. Y, aunque a día de hoy tiene una vida plena con su mujer y su trabajo en la ONCE, no deja de impresionar lo que pasó tras volcar su descapotable. La propia Raquel ha mostrado un ejemplo concreto: una radiografía de su cabeza llena de tornillos y placas por dentro.
Para imaginarnos hasta que punto fue grave su accidente, basta con ver esta imagen que la exconcursante de 'GH' ha publicado en su perfil de Instagram. En ella se puede comprobar cómo ha tenido numerosas intervenciones médicas (hasta diez operaciones) después del gravísimo suceso que casi le cuesta la vida a ella y en el que también estuvo implicada Noemí Ungría, su compañera de edición y entonces pareja sentimental.
"Cómo impresiona ver mi cara por dentro, menos mal que los médicos hicieron un milagro", ha expresado Raquel Morillas tras ver esta ecografía que es un reflejo de los problemas de salud que en ella se han quedado. No ver ni oír nada por el lado izquierdo es la peor de sus secuelas tras fracturársele el cráneo y que se le machacase el nervio óptico, pero a juzgar por la imagen sí que hubo más intervenciones.
En la radiografía de cráneo que ha publicado se puede ver con claridad la estructura que rodea el cerebro, los huesos faciales, de la nariz y senos paranasales llenos de placas y tornillos que son un claro signo de la ardua tarea médica de reconstrucción que se tuvo que llevar con ella. Tanto es así que la propia Raquel ha reconocido que es milagroso el que pueda estar subiendo esta imagen a día de hoy en su Instagram: "Creo bastante en el destino y ese día aún no me tocaba marchar".
Ella misma ha relatado en alguna ocasión todas las metas que ha tenido que ir pasando para poder hacer una vida prácticamente normal ahora, aunque eso sí, con limitaciones para siempre. "Llevo diez operaciones desde el accidente, pero siempre han sido por problemillas. Cuando me tuvieron que operar de urgencia y me dejaron sorda de ese oído. Luego que si me salió un bulto por encima de la nariz, y se dieron cuenta de que tenía un agujero en el hueso que no se arregló en su día", ha llegado a decir de ese periplo de operaciones.
De esas secuelas físicas que le quedaron, la madrileña presenta una discapacidad que le ha hecho embarcarse en una nueva aventura profesional: trabajar como vendedora de la ONCE. Para ello tuvo que realizar primero un curso y luego un examen que pasó y desde entonces está feliz por esta salida laboral estable a su situación, aunque no olvida nunca todo lo que ha pasado hasta llegar ahí. La mejor prueba de ello es esta impactante radiografía que ha compartido con todos.