Se puede cebar un contenido de varias formas: Por ejemplo la presentadora o presentador puede decir que a la vuelta espera una sorpresa. En realidad esto que acabo de decir es un ejemplo de mierda, porque hace años que los cebos se han especializado y dignificado, y ahora solo canales regionales o con pocas miras utilizan fórmulas manidas y tristes como "no se vayan aun, que nos quedan muchas sorpresas por compartir, aquí en 'Las tardes de Encarnita" (es un suponer). Esta fórmula sería más disuasoria que adictiva, desde luego.
Los cebos más habituales son videos cortos avanzando imágenes de lo que veremos a continuación sin desvelar detalles. A veces tienen música, a veces grafismo… pero siempre adelantan lo más impactante de un tema que se desarrollará próximamente: Puede ser una persecución policial en Virginia del Norte, o una declaración de Alba Carrillo… Cosas interesantes, en cualquier caso.
En esto de los cebos, como en todo, la televisión norteamericana fue pionera (de hecho, antes en nuestro país se llamaban 'coming next'), pero también como suele suceder, en España se aprendió a suplir los grandes presupuestos con ingenio y cara dura. Fue 'Aquí hay tomate' (2003/2008) -programa pionero en muchísimos sentidos- el espacio que hizo de los cebos todo un arte transgresor, lleno de ironía y tensión, mucha tensión.
'El tomate' era especialista en algo maravilloso -e igualmente español- que llegaron a dominar con soltura: vender humo. En los cebos, muchas veces se intuía muchísimo más de lo que luego el protagonista contaba o la narración nos daba a conocer. De hecho, había ocasiones en las que el cebo era directamente la pieza que veíamos después, pero sin cortes, con lo que la información era al final menos irrelevante todavía… Yo, como tantísimos otros, degustaba el programa por los cebos, estoy segura.
La fórmula de los cebos de 'El tomate' se exportó rápidamente a otros espacios (e incluso a otros canales) aunque nunca volvieron a alcanzar el grado de frikisimo que entonces. En parte porque el tratamiento de la información ya era de por sí peculiar, por ejemplo a la hora de rotular personajes (¡todos tenían miedo a lo que les pusieran bajo su nombre!) y también al seleccionar historias noticiables.
Cada programa fue encontrando su lugar y su estética en esto de los cebos, y Telecinco. Así los cebos de `El programa de Ana Rosa´ son de los que mejor factura técnica tienen (si tienen ocasión, fíjense: informan perfectamente y dan muchas ganas de verlo todo y verlo ¡ya!). En `Supervivientes´ han acuñado un estilo contundente, breve y de impacto máximo, con mensajes cortos y ráfagas de sonido de tensión, como si la supervivencia mundial estuviera en juego desde el reality.
Los cebos los suelen hacer los guionistas, que en ocasiones se han especializado en ello; y yo cuando veo un buen cebo (y en `Sálvame´, en informativos y en `Viva la vida´ hay auténticas obras de arte) me dan ganas de reír, de llorar, de emocionarme y felicitar el humor, la causticidad y la madre que los parió. Porque no sólo consiguen que nos apetezca ver un programa, si no que concentran sabiduría, información y risa en una especie de haiku irónico maravilloso.
Recuerdo cebos que me han hecho más gracia que cualquier chiste; otros más elaborados que un cuadro de El Bosco… Musicales, sin texto, con juegos de palabras, grafismo, imitaciones… Los cebos son pequeñas obras que pese a su funcionalidad son una categoría todavía no muy comprendida de arte efímero.
Estén atentos a su pantalla amiga y la próxima vez que se inicie la publicidad, admírense del cebo que les va a enganchar a la pantalla. ¿A que tiene algo indefinible y bien ejecutado que le hace volver? Con esta definición, bien podría llamarse droga, pero se llama cebo, y es todo un arte.
¡Ah! Aprovecho para adelantar que próximamente desvelaré en esta web algo que no se ha publicado jamás. Hagan el favor de estar atentos…