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El pasado fin de semana Noemí Salazar sopló las velas de su 30 cumpleaños. La exconcursante de GH VIP tiró la casa por la ventana y organizó una fiesta por todo lo alto en la que no faltaron detalles. Tanto es así, que hasta días después y aún con la resaca del convite, la propia Noemí no fue capaz de apreciar y de entender la magnitud que había tenido su día especial.
"Aún sigo flipando con la fiesta que me prepararon por mi cumple. No había sido capaz de ver todos los detalles hasta que hoy me han enviado las fotos y he seguido viendo detalles… ¡sois increíbles chicos mil gracias por todo!", escribe la pijitana en sus redes mientras menciona a la empresa organizadora de eventos y a la productora que la acompaña en sus momentos más especiales.
La casa de Noemí se dispuso para el cumpleaños. Nada más levantarse, la 'reina del brilli brilli' ya tenía la habitación llena de globos y regalos. Pastelitos, dulces, cava, la cama llena de pétalos de rosa… Sus 30 no podían empezar mejor.
La hija de Raquel Salazar continuó su día celebrando en familia y con amigos, pero lo mejor estaba por llegar. Al caer la noche, el jardín de su casa se llenó de magia. Las jardineras decoradas con carteles de neón daban la bienvenida a los invitados. Cientos de globos colocados estratégicamente formando guirnaldas, un 30 gigante, un pequeño photocall… Los colores rosas, blancos, dorados y, por supuesto, mucha purpurina… todo estaba perfectamente seleccionado para conseguir un espacio armónico y único.
El cumpleaños de Noemí tenía de absolutamente todo. Como no podía ser de otro modo, la tarta fue otro de los elementos imprescindibles de la celebración y, aunque desconocemos de qué estaba relleno el bizcocho, ese pastel de varios pisos, forrado con buttercream rosa y decorado con flores, era espectacular.
En el jardín también se dispusieron varias mesas con diferentes elementos. Destaca, por ejemplo, aquella dedicada a los recuerdos de este día tan especial, donde se pudo ver un cuaderno personalizado con el nombre de Noemí y un 30 en el que sus invitados tuvieron la oportunidad de dejarle una dedicatoria, así como una cámara de fotografías instantánea que permitió a los asistentes llevarse imágenes en papel con la anfitriona.
Los invitados, entre los que hubo alguna que otra importante ausencia – como la de Alba Carrillo- se fueron a buen seguro a casa con un gran sabor de boca. No solo por los cientos de dulces que se presentaron, donde no mencionar los donuts glaseados y cubiertos con purpurina comestible sería un delito, también por los pequeños regalitos que se dispusieron para ellos. ¡Ni en las mejores bodas!