Libre, empoderada y con mucha emoción, Mónica Naranjo ha celebrado 25 años de música (la suya) en un concierto en el WiZink Center de Madrid con más de 12.000 personas. La cantante ha conectado su pasado con su presente y futuro en un espectáculo sinfónico sin precedentes que encantó a todos los asistentes.
Exactamente 5 años habían pasado desde que la Pantera de Figueras no pisaba el Palacio de los Deportes de la capital y anoche lo hizo a las nueve en punto, enfundada en una bata blanca y reconociendo a sus fans algo que se podía intuir. "Os echaba de menos", comentaba una emocionada Mónica, completamente extasiada por el griterío de sus seguidores, que no paraban de aclamar a la cantante.
Así ha empezado un impresionante show de más de dos horas, con su inseparable Pepe Herrero al frente de 60 personas entre orquesta sinfónica, banda de rock y un coro que se ganó el aplauso del público por su capacidad para transmitir todo el bueno rollo que se desprendía en el escenario.
Mónica comenzaba el concierto cantando "El amor coloca" ante carteles que proclamaban: "¡Gracias por volver!", y enfundada en un traje bicolor dorado y negro (que hacía referencia al look con el que se hizo conocida). El espectáculo había comenzado, la diva había vuelto.
En total 5 looks diferentes, obra de su estilista Sergi Regal, han acompañado a la cantante haciéndole brillar sobre el escenario y demostrando que el pop puede casar, verdaderamente bien, con la ópera rock de la que Mónica se resiste a separarse en los últimos años.
Pero no sólo ha sido un espectáculo visual brillante porque Mónica, con canciones como "Desátame" o "Europa", ha demostrado que sus cuerdas vocales siguen fuertes y con "Empiezo a recordarte", al piano como único acompañamiento, ha emocionado. Mónica ha interpretado esta canción en recuerdo a su fallecido hermano Enrique, porque ésa fue la primera letra suya que él le escuchó cantar en directo. "Esta canción fue la primera vez que me escuchó cantar en directo. Con vuestro permiso, se la voy a volver a dedicar", comentaba completamente emocionada y con todo el WiZink Center aplaudiendo durante casi un minuto entero.
Con "Pantera en libertad" y "Sobreviviré" ha desatado una orgía de guitarras eléctricas, desgarro y descaro, pero el punto culmen ha llegado cuando se ha reencarnado en la mismísima Mina para cantar la BALADA, su balada, la de todos los que allí aplaudían a la cantante: "Perra enamorada". Un recorrido cronológico sobre su carrera musical que ha marcado el concierto la primera hora y media.
Después de eso, y ante un público que aclamaba el regreso a los escenarios de la cantante, Mónica Naranjo ha decidido continuar con el espectáculo. En ese punto del concierto y tras mostrar su personalidad múltiple con "Doble corazón", Mónica ha decidido cantar "Tú y yo volver al amor" y le ha realizado un homenaje a Camilo Sexto con la interpretación de "Vivir así es morir de amor".
Ya en los últimos minutos de concierto, con un coro que nos hacía bajar al infierno y subir hasta el cielo (con un buen rollo y naturalidad que enganchaba y fue muy aplaudida), la Naranjo regalaba el momentazo del concierto para todo su público LGTBI. El momento "más marica" de la velada lo daba la interpretación de "Las campanas del amor", que ponía casi el punto y final a la noche, lugar reservado para su último single "Libre Amar" y una despedida en la que la cantante gritaba al público: "Os amo sin control".
Porque hay una cosa que Mónica sabe hacer como nadie y es coger la fuerza del público (la misma que le dio anoche sus fans en su concierto) para transformarla en música a través de su garganta y devolvérsela, de nuevo, a ese público. Después de lo de anoche sólo podemos decir: larga vida a la diva, larga vida a Mónica Naranjo.