Lidia Torrent, sobre trabajar con Matías: “Si te digo que es un camino de rosas, te miento”
Lidia Torrent ha pasado por el quirófano para acabar con su miopía. Lo ha hecho con una cirugía refractiva láser en la clínica Baviera, donde la hija de la presentadora Elsa Anka se ha puesto en manos del doctor Fernando Llovet. La joven no sólo ha contado a 'Outdoor' cómo ha sido la experiencia sino que también ha hablado del éxito de ‘First Dates’ y de su relación con el argentino Matías Roure, con el que trabaja en el programa de Cuatro.
Te acabas de operar los ojos. ¿Satisfecha?
Mucho. La operación ha sido excelente. Una se acostumbra muy rápido a lo bueno.
¿Cuándo te operaste?
El 16 de julio. Con lo de las gafas, es como: “No, si yo me he acostumbrado a llevarlas…”. Cuando te acostumbras a no llevarlas, es un lujo.
¿Cuántas dioptrías tenías?
Tres en cada ojo.
¿Cómo surgió la idea?
Llevaba muchísimo tiempo que quería operarme. Muchísimo. No me apetecía depender de gafas ni de lentillas y di el paso.
¿Ahora no sientes como que te falta algo?
No. Ya te digo que pensaba que me iba a sentir más rara porque, con las gafas, me había creado mi propia identidad e iban muy ligadas a mí. Pero ha sido muy fácil el adaptarse a no tenerlas. Con las gafas veía y me veía estupendamente, pero ahora he ganado en comodidad y en libertad.
¿Cómo estás viviendo el éxito de ‘First Dates’? No paráis de crecer en audiencia y en horas de emisión.
Lo chulo es que tenemos seguidores fieles. Los que nos siguen desde el principio, nos siguen viendo y les siguen gustando el programa. Se siguen identificando con las personas que salen por la pantalla, se sigue aprendiendo del amor y de la vida… Para mí está siendo muy enriquecedor trabajar en ‘First Dates’. Yo aprendo de todo.
Además, el programa está haciendo mucho por la normalización y visibilidad de las distintas personas y colectivos.
Lo importante es la diversidad. La diversidad nos enriquece a todos. Si no, qué mundo más aburrido. Ojalá algún día se deje de llamar normalización porque parece algo que no es normal cuando sí lo es. Lo importante es quererse, que cada uno quiera a quien quiera querer. Lo importante es el amor, que es lo que nos salvará del mundo.
Te preguntaría si participarías en un programa así, pero ya tienes pareja.
Claro. Yo tengo el corazón robado.
De todas formas, ¿acudirías a un programa así?
Al principio, era súper escéptica con las citas a ciegas. Qué vértigo una cita con alguien que no conozco y sin saber qué me voy a encontrar. Ahora… No sé… Me ha dado esta sensación de preguntarte por qué no. Al final, es una experiencia.
¿Cómo es trabajar con tu pareja en el programa?
Si te digo que es un camino de rosas, te miento. Son muchas horas porque grabamos de lunes a viernes, de 10 a 18 horas. Es mucha intensidad. Pero también tiene su parte buena: si necesitas un achuchón porque estás falta de ánimos, él está ahí para dártelo… Es tu pareja.
¿Quién tiene más carácter de los dos? ¿Matías o tú?
Yo te diría que los dos. Él también tiene mucho carácter, tiene una personalidad muy arrolladora.
¿No es el típico argentino?
Sabemos llevarnos. Cada uno saca su carácter cuando tiene que sacarlo y creo que eso es importante. Está bien debatir, que, al final, también nos hace crecer.
¿Qué destacarías de tu chico?
Pues es una persona súper sensible, súper divertida… Es un tío que, además, mira mucho por los demás. Es muy carismático.
¿Te esperabas enamorar de Matías la primera vez que le viste?
No. Me atrajo físicamente desde el principio, pero enamorar ya es un pasito más arriba, ¿no? Pero me atrajo desde el principio.
¿Cómo llevaste que saltara la relación a los medios con lo discreta que eres?
De verdad, soy bastante celosa de mi intimidad. Cuando salió, estábamos en un momento… No quería hacerlo público porque no se había oficializado entre nosotros como tal. Estábamos muy bien, nos estábamos conociendo, la cosa iba bien… Pero no era algo tan consolidado. Cuando salió en los medios, realmente no era nada estable. Si yo tengo pareja, a mí no me importa decir que es mi pareja. Como personaje público, lo asumo y no pasa nada. Pero, a veces, se anticipan las cosas…
Que, entonces, estabais en un camino a ser novios, ¿no?
Exacto.
¿Ahora os conocéis las respectivas familias?
¡Hombre! Mi suegri… ¡Vamos!
¿La familia de Matías vive en Argentina?
Vive en Alicante. Mi suegra y yo nos adoramos. Cuando a ella le hablan de mí como su nuera, ella dice: “No, no. Es mi amiga”. Eso dice mi suegra, eh. De verdad que tenemos muy buena relación. Somos muy confidentes, muy cómplices. Nos llevamos súper bien.
Matías y tú vivís juntos. ¿No es un poco complicado estar todo el día juntos?
Por eso te decía, que, como grabamos tantas horas y vivimos juntos, sí que es intenso.
¿Cuánto tiempo lleváis de relación?
Dos años y medio. Más o menos, cuando empezó el programa. Pero, cuando convives con una persona, causa un poco de estrago. Me refiero a que nadie pasa inmune por la convivencia, aunque te lleves muy bien y le quieras mucho. Es muy bonita nuestra relación, porque lo compartimos todo y nos conocemos desde la uña del pie hasta el pelo de la cabeza.
¿Qué has conocido de Matías a raíz de vivir juntos?
Que es súper servicial. A él le gusta cocinar, disfruta estando en la cocina. Pero es muy servicial y muy protector. Yo me defiendo sola y soy muy independiente, pero tener a alguien así… Que te pregunte cómo estás… Es muy atento y eso me cautiva mucho.
¿Boda?
No. Trabajo, familia, amigos y pareja, pero no boda. Ahora no entra en mis planes.
¿Cómo ve tu madre todo lo que te está pasando, tanto en el plano personal como profesional?
Ella está muy feliz por mí.
¿Temías no llegar a dar el salto precisamente por ser "hija de"?
Lo de ser "hija de", para mí, ha sido una mochila. La gente lo ve como algo increíble, pero, como todo en esta vida, hay pros y contras. Que siempre te estén mirando con el telescopio de “hija de”… Da un poco de pena. Duele un poco, ¿sabes? Al final, sientes que no eres merecedora de nada.
¿Siempre lo has vivido así? ¿De pequeña no presumías de tener a Elsa Anka como madre?
Todo lo contrario. Cuando alguien se enteraba era por sus padres o porque alguien se lo había dicho. Yo nunca hacía alarde de ello. De hecho, cuando alguien se enteraba, me decía que cómo no se lo había dicho antes. Es que yo no voy diciendo: “Soy Lidia Torrent, la hija de Elsa Anka”. Al final, si intimamos y surge, ya sí… Pero, de pequeña, era más el prejuicio de: “Uy, si es 'hija de', seguro que es una diva”. Eso lo he sentido un poco más. Pero, al final, poco a poco, voy aprendiendo al liberarme de esa carga. Sí, soy "hija de", pero voy a labrar el camino yo sola y, al final, para mantenerme, voy a tener que currármelo yo. Eso lo tengo clarísimo.
¿Siempre tenías claro que te dedicarías a la televisión?
Siempre me había causado mucha curiosidad, porque he visto trabajar a mi madre toda la vida, pero no tenía claro que iba a trabajar en televisión. Yo empecé la carrera de Criminología y me pasé a estudiar Publicidad, Marketing y RRPP.
Vaya salto. ¿Cómo que empezaste Criminología?
Me gustaba mucho la Psicología y la Sociología. La Criminología tiene mucho de ambas. Y me encantó.
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