En el nuevo número de 'Diez Minutos', el colaborador de Sálvame ha posado en exclusiva enseñando los rincones más significativos de su nueva casa. Así, Kiko Hernández ha abierto las puertas de su nuevo hogar, cuyo valor en el mercado actual es de 2,5 millones, tal y como apunta dicha cabecera.

Una vivienda en la que Kiko Hernández puede hacer vida en una sola planta, uno de los principales motivos por los que se mudó a ella hace unos meses. “Ahora vivimos en una planta, antes teníamos una casa muy grande con varias plantas y tenía unos dolores de artritis…Y pensaba en cuando tuviera 60 años”, ha comentado en las páginas interiores de la revista.

“En la planta principal tengo todo: salón, cocina, baños, la habitación de las niñas, la mía, la de servicio… Es una maravilla", ha comentado posando en las diferentes estancias de su casa que cuenta con 700 m2. Y es que el nuevo hogar de Kiko Hernández está compuesto de siete habitaciones y siete baños, piscina cubierta y un espectacular jardín.

El colaborador de 'Sálvame' también ha contado que tiene una vecina de lo más especial, Rocío Carrasco, ya que ambos viven en la misma urbanización. Tanto a la hija de Rocío Jurado como a Fidel Albiac ya los ha invitado a su nueva vivienda, tal y como ha explicado en la entrevista que ha otorgado a 'Diez Minutos'. "Estuvo todo el tiempo pendiente de mis hijas", ha dicho del encuentro que mantuvo con la madre de Rocío Flores y su pareja sin querer dar más detalles del mismo.

La vivienda en la que vive Rocío Carrasco o Kiko Hernández está situada a las afueras de Madrid, concretamente a 30 kilómetros. Su principal atractivo es la privacidad de la que goza el complejo residencial, algo que ha conquistado a sus 220 vecinos (entre los que están la oscarizada actriz Penélope Cruz).

No cuentan con buzón en sus casas y en la urbanización sólo puedes circular si uno de las personas que allí vive te ha invitado previamente. El cartero deja la correspondencia en la entrada, ya que está prohibido ir cada por cada dejado paquetes y las viviendas no tienen buzón, según publica ‘Moncloa.com’.

Lo peculiar de esta urbanización es que, además de ser privada, su suelo también lo es. ¿Qué significa esto? Pues que el suelo no es el del Ayuntamiento de Madrid, es de sus vecinos y su mantenimiento, agua y alumbrado, tiene que ser pagado por todos ellos.

Los que allí viven consiguen un control total de las personas que entran y de las zonas comunes que dispone gracias a un control de seguridad de 24 horas. En concreto, Valdelagua dispone de un circuito de cámaras, control de acceso, y zona infantil de juegos. Según diferentes portales inmobiliarios onlines como ‘Fotocasa’ o ‘Idealista’ los vecinos que allí viven también pueden disfrutar en su interior de un restaurante y un club privado.