Rocío Lledó Martínez Llaudes, hija del peluquero y ex superviviente Juan Miguel y de la cantante Karina se ha casado. La ceremonia, a la que han asistido unos 300 invitados, tuvo lugar en las Termas Marinas El Palasiet de Benicàssim. Y lo más comentado del evento no fue el vestido de la novia, con encaje, espalda descubierta y volumen en su falda, sino el traje del padrino. ¡Genio y figura hasta la sepultura! Aquí tienes un repasito a los 'outfit' que más nos han llamado la atención:
Éxitos
La novia estaba espectacular, con un vestido de pronunciado escote y sugerentes transparencias. La espalda descubierta dejaba ver sus tatuajes y una preciosa sonrisa ejemplificaba uno de los días más felices de su vida.
Aunque estaba previsto que durante el enlace Karina cantase unas canciones y dijese unas palabras no sabemos si finalmente lo hizo. Pero sí estaba perfecta, tan perfecta que deslumbró a todos con su look. La cantante escogió un vestido rojo, compuesto por pantalón y camisola, firmado por Higinio Mateu.
Perfecta si no fuera por los rumores que apuntaban a Karina como la causante de enturbiar la boda de su hija Rocío para "lucrarse con el enlace", tal y como confirmaba un confidente el sábado en 'Socialité'.
Fracasos
Juan Miguel escogió un traje con brillo en malva con detalles plata, que combinó con un alto sombrero de copa. Indescriptible, pero atrevido. El 'look' lo acompañó por su característica barba, perfectamente recortada para la ocasión y que lleva desde que salió de 'Supervivientes'. Por muy moderno que pareciera, la extravagancia rozaba, en ocasiones, la ordinariez.
Aunque él no fue el único Pero no sólo él optó por este llamativo diseño. El hijo de la novia, Iker, de 8 años, también vestía como el padrino. Ante semejante estampa, sólamente podemos decir: ¿Por qué?
Lo cierto es que aunque Juan Miguel ha invitado a Laura Matamoros, parece que la exsuperviviente no pudo asistir al enlace. Otra de las invitadas más esperadas fue Lydia Lozano que no sabemos si finalmente estuvo sentada entre todos y disfrutando del banquete. La que sí disfrutó fue la propia novia, que no dudó en subirse a una mesa para bailar toda la felicidad que tenía en ese momento.