En Sevilla y con un ambiente enrarecido: así fue la boda de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo

  • Fran Rivera y Eugenia pasaban por el altar en Sevilla ante 2.000 invitados en 1998

  • El torero y la hija de la Duquesa de Alba estuvieron a punto de no casarse

  • La pareja ponía fin a su matrimonio en 2002 tras el nacimiento de su hija Tana

Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo empezaron una relación amorosa muy jóvenes, en 1993 la pareja se conocí y comenzaron una historio de amor llena de idas y venidas que a pesar de las recomendaciones de muchos acabó en boda. El torero y la duquesa se casaban por todo lo alto en Sevilla en 1998, una boda en la que se unía a la familia del torero con la aristocracia española. 

Ante 2.000 invitados y en la Catedral de Sevilla la pareja se juraba amor eterno. A pesar de irradiar felicidad el día del enlace, el novio se llegó a plantear no dar el paso tras hablar con su madre, quien aseguraba que la joven no era el verdadero amor de su vida. Aún con todo, ella llegaba a la catedral con un vestido de Ungaro de inspiración medieval y la pareja se daba el ansiado 'sí, quiero'. 

Entre los invitados destacaron grandes figuras del toreo, como Jesulín de Ubrique con Belén Esteban del brazo, Manuel Díaz y Vicky Martín Berrocal y Ortega Cano y Rocío Jurado entre otros. Cayetano Martínez de Irujo ejerció de padrino de su hermana, quien acudió acompañado de Mar Flores, su pareja por aquel entonces, lo que provocó la incomodidad de Cayetana Martínez de Irujo.

En la Catedral de Sevilla y con un vestido medieval

Tras varias rupturas y más de una y de dos polémicas, el torero Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, hija de la duquesa de Alba se casaban en la Catedral de Sevilla un 23 de octubre de 1998. Se trato del evento social del momento que incluso se llegó a televisar como si fuera un enlace real. La boda se recuerda como el “enlace de las mantillas”.

Ella llegaba del brazo de su hermano Cayetano Martínez de Irujo enfundada en un vestido de corte medieval, de satén firmado por el diseñador Emanuel Ungaro, de escote cuadrado y algunos detalles de encaje. Un vestido que el historiador, especialista en indumentaria y moda, Carlos Sánchez Medina recordaba en sus redes sociales el año pasado. 

“También nos recuerda al mundo medieval la colocación de la mantilla bajo la corona, a la manera de los velos entre los siglos XIII y XV. La tiara fue una de las grandes protagonistas del evento, una pieza familiar vinculada a la emperatriz Eugenia y que fue elegida por el propio diseñador de entre dos opciones”, asegura el experto. 

Al término de la ceremonia, en la puerta de la catedral, se colocaron ‘Los Marismeños´, quienes ofrecieron a los recién casados una salve rociera. Tras las fotos en el Palacio de Dueñas, se reunieron con los invitados en La Pizana, finca propiedad de la Duquesa de Alba y donde la fiesta duró hasta la madrugada. 

Una recomendación maternal

A pesar de que los novios parecían felices en el momento del enlace, lo cierto es que Fran Rivera tuvo ciertas dudas sobre casarse hasta el día antes de su boda. La propia Carmina, madre del torero, le recomendó no seguir adelante con el casamiento. Tal y como admitió Fran, su madre le intentó convencer de que no diera el paso de darse el ‘sí, quiero’. “Me dijo: ‘Fran, tengo que hablar contigo’, todos se fueron fuera, mis amigos se salieron pensando que era el último consejo de mi madre antes de pasar por el altar”, explicó el torero. 

“Me dijo: ‘Creo que debes coger a estos amigos que te quieren de verdad y cogerte un coche o un avión, vete y no te cases mañana. Eugenia no es el amor de tu vida y esto no va a durar”, le confesó Carmina a su hijo mayor.

Él no le hizo ni caso. “Y yo le dije: ¿qué estás diciendo, ¿cómo vamos a suspender todo esto…? Y ella me dijo: "No pasa nada, yo me quedo aquí a dar la cara y en un mes se ha olvidado esto. Con dos cojones”, le replicó el joven a su madre.

Una invitada poco apreciada

Entre los 2.000 invitados el enlace, había representantes de la casa real como la infanta Elena y Jaime de Marichalar y grandes figuras del toreo, como Jesulín de Ubrique con Belén Esteban del brazo, Manuel Díaz y Vicky Martín Berrocal y Ortega Cano y Rocío Jurado entre otros. El padrino y hermano de la novia, Cayetano Martínez de Irujo, no dudo en asistir acompañado de su por aquel entonces pareja, Mar Flores, quien no era muy querida con la Duquesa de Alba. 

La pareja ponía punto final a su relación en 2002 mediante un comunicado de la agencia EFE: “No habiendo sido posible salvar nuestras diferencias, hemos decidido de mutuo acuerdo proceder a la separación legal. Queremos manifestar que es nuestro deseo evitar especulaciones y solicitar a todos los medios informativos el mayor respeto posible, como el obtenido hasta ahora, a nuestra privacidad en estos momentos difíciles”.

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