Veraniega, civil y campestre: así fue la boda de Sonia Ferrer y Sergio Fontecha
Sonia Ferrer y Sergio Fontecha se casaron en una hermosa finca de la sierra madrileña
La colaboradora de 'En boda de todos' escogió un vestido romántico de la firma Aire Barcelona y él usó uniforme de gala de la Policía Nacional
Tras la ceremonia los novios se cambiaron para la parte más festiva de la jornada
Este verano se han cumplido dos años de la boda de Sonia Ferrer, colaboradora de 'En boca de todos', y su pareja, el agente de Policía Nacional Sergio Fontecha. La pareja, que se mantiene unida y profundamente enamorada, se dio el 'sí, quiero' el 30 de julio de 2002 en un enlace tremendamente romántico y en el que no faltó un solo detalle.
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La presentadora y el inspector unieron sus vidas en una ceremonia civil, ya que los dos habían estado casados, que tuvo lugar en una bucólica finca de la sierra madrileña. Concretamente fue en ‘El Patio de Ángela’, un enclave especializado en este tipo de ceremonias que se ubica en la localidad de Valdemorillo, muy cerca de donde Sonia tiene su casa desde hace casi una década y a donde Sergio se mudó meses antes del enlace.
Sonia, de blanco y con aires románticos
Para tan especial jornada, Sonia apostó por un tradicional vestido blanco. Se trató de un vestido con corpiño de encaje con aplicaciones de guipur colocadas a mano, escote pronunciado y fantasía en los brazos con las mismas aplicaciones. En la parte inferior, el diseño contaba con una vaporosa falda para la que emplearon nada menos que setenta metros de tul. El diseño venía firmado por la marca Aire Atelier, la línea de alta costura de la prestigiosa casa de novias ‘Aire Barcelona’.
Sonia completó su look con unos pendientes que pertenecen a su familia y unos zapatos con tacón ancho de Rosa Clará. Para su peinado apostó por un semirrecogido con dos trenzas y una corona de paniculata y un maquillaje fresco y natural. Su ramo de flores estaba compuesto por paniculata, lavanda y olivo, y simbolizaba un homenaje a la tierra natal de Sergio, Jaén.
Dado que la celebración tenía lugar en un entorno tremendamente campestre, la presentadora, que llegó del brazo de su padre Josep Ferrer, dio especial protagonismo a sus animales: el cortejo nupcial estaba formado por su poni, ‘Toffee’, y su perra ‘Duna’. Acompañados de de su hija y sus sobrinos todos llegaron al altar al ritmo del tema de Ed Sheeran Can’t help falling in love.
Sergio, vestido de gala
Por su parte, Sergio, decidió acudir al altar con el uniforme de gala de la Policía Nacional. Hizo su entrada al ritmo de la canción All of Me, de John Legend y acompañado por su hermano, Jonathan Díaz, y por ‘Parche’, uno de los perros adoptados que tiene Sonia.
El papel de la hija de Sonia
Como no podía ser de otra manera, la ceremonia resultó tremendamente hermosa y emotiva. Uno de los momentos más especiales del acto tuvo lugar cuando la hija de Sonia, Laura, tomó la palabra y dedicó un emotivo discurso a los contrayentes: “Mamá y yo nos lo pasamos bien siempre juntas y solas. Entonces, conocí a Sergio y, además de hacerme reír mucho, hacía muy feliz a mamá. Nunca la había visto tan feliz, así que me alegraba de que hubiese aparecido. Ahora Sergio es mi amigo que me cuida, la persona a la que le confieso todo, que sabe guardar mis secretos y debo admitir que esto pone bastante celosa a mamá pero en el fondo sé que le encanta que nos llevemos tan bien”, declaró para emoción de todos los asistentes.
Para la ocasión, la joven -fruto de la relación de la presentadora con el cirujano plástico Marco Vricella y que entonces tenía 12 años- lució un diseño de la misma firma que su madre, inspirado en el de ella, pero en versión infantil.
Un menú exquisito, cambio de vestido y un gran fiestón
Tras la ceremonia, los recién casados y sus invitados disfrutaron después de un cóctel y una cena. En el cóctel no faltaron las croquetas, y el menú estuvo compuesto por rodaballo con salsa de azafrán, berberechos y zamburiñas, sorbete de mango, meloso de rabo de toro con salsa gravy al chocolate belga y salteado de verduras y de postre, milhojas con nata y crema pastelera.
Para la celebración posterior, Sonia sorprendió a sus invitados con un segundo vestido, inspirado en el primero, pero más apropiado para el tercio festivo de la fiesta. Sergio también cambió su uniforme por un conjunto de pantalón y camisa negro. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada.