Coto Matamoros, cuya trayectoria profesional está muy relacionada con la televisión, siempre ha destacado por su carácter rebelde y polémico. Ahora, en el libro, Coto repasa tanto su trayectoria televisiva como sus vivencias personales más duras, donde no ha dudado en hablar sobre sus tres ingresos en prisión, el maltrato que sufrió por parte de su padre y de su examiga Lydia Lozano.
Entre sus muchas confesiones, varias de las más impactantes están relacionadas con su padre. Coto se ha abierto por completo hablando de la educación que recibió y de la figura de su padre. "Al margen de un maltrato físico continuado, brutal e imperdonable, que abarcó desde los cuatro a los quince años, con persistencia sufrí una hostilidad verbal indecente e imperdonable que incluyó el insulto, el desprecio, la amenaza y el confinamiento; y esa brutalidad afectó a mi desarrollo psicológico".
Coto también ha recordado su relación con Lydia, confesando que muchísimas personas llegaron a pensar que estaban liados. "Me cuidaba en mis noches de excesos con puro instinto maternal", ha confesado Coto. "Nuestra amistad se la llevó su sueldo, pero siempre quedará la reminiscencia del brillo residual de aquella explosión de hermandad", añadía Kiko acerca de la ruptura de su amistad con ella.
Su paso por prisión ha sido otro de los temas que Coto ha querido tratar en estas memorias, confesando impactantes detalles sobre esta etapa: "La celda era la mugre misma: una cochambre que tenía una cama roñosa sin colchón. Olía a orines y miedo".
Estos son solo algunos de los fragmentos de sus memorias, pero el libro completo está plagado de testimonios y recuerdos que nos permiten conocer mejor a Coto a través de sus episodios más personales.