Es habitual que Amor Romeira utilice el altavoz mediático del que dispone para reivindicar los derechos del colectivo LGTB, al que pertenece como mujer trans. Contó su historia y se hizo visible concursando en 'Gran Hermano' allá por 2007, pero la canaria sigue compartiendo sus vivencias porque, como ella misma explicó con motivo del Día Internacional de la Visibilidad Trans, "de lo que no se habla, no existe". Así, ahora ha querido compartir en una entrevista en 'Estirando el chicle' un momento muy emotivo que vivió con su padre un mes después de su operación de reasignación de sexo.
La influencer ha explicado su padre era tránsfobo y había agredido a personas trans, y que ella decidió presentarse en su casa para tener una charla muy importante con él. Amor le quería transmitir que si no la aceptaba como la mujer que era y no la veía como a su hija, no iban a tener relación y se perdería su vínculo, por lo que se desnudó delante de él y le lanzó este mensaje: "Me desnudé completamente y le dije: 'Mírame, esto es lo que yo soy. Soy una hija para ti y me tienes que tratar como a tu hija, sino no vas a tener relación conmigo'".
Tras hablarle de forma tan sincera y tan clara, Amor ha explicado, muy emocionada y conteniendo las lágrimas, que su padre se echó a llorar en aquel momento y le dijo unas palabras que sigue recordando hasta el día de hoy: "Me dijo que le perdonara porque él lo que sentía era miedo de que yo me encontrara en la calle a personas como él. Entonces ahí me di cuenta de que, en el fondo, él lo que quería era protegerme dentro de sus frustraciones, miedos y transfobia".
"Pero, a día de hoy, es el mejor padre del mundo y lo volvería a elegir una y mil veces más. Es una lección de vida para todas esas personas que siguen teniendo una mentalidad retrógrada. Todo en esta vida con educación y con cambio se puede conseguir", ha expresado la influencer, que también ha querido dejar claro que no hay excusas para no evolucionar: "No hay justificación ninguna ni para los tiempos ni las edades, que mi abuela tiene 83 años y es una de las personas más tolerantes del mundo".
"Ya está bien de la justificación de 'es que eran otros tiempos' y demás. No. Aquí las personas cambian y se adaptan a estos tiempos, tengan 80, 90, 50 o 70", ha continuado diciendo Amor, que ha terminado su relato compartiendo una reflexión final que ha sido muy aplaudida por Carolina Iglesias y Victoria Martín, las conductoras del podcast: "Tampoco ayuda el que existan organismos públicos y organizaciones políticas que inciten al odio y que encima lo respalden".