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Que las ‘hijas de’ están cogiendo carrerilla no es ninguna novedad. Además de Rocío Flores, la hija mayor de Antonio David Flores y Rocío Carrasco, Alejandra Rubio y Anita Matamoros son dos de las jóvenes que más hueco se están haciendo en el universo ‘celebritie’. Cuando cumplieron la mayoría de edad, la hija de Terelu Campos y Alejandro Rubio y la de Kiko Matamoros y Makoke decidieron abandonar el anonimato para situarse en primera línea y seguir tímidamente los pasos de sus progenitores.
Además, tuvieron la suerte de apoyarse la una en la otra y permanecer muy unidas al iniciarse en este, hasta entonces, desconocido mundo para ellas. Alejandra y Anita eran amigas desde la infancia por los trabajos de sus padres en televisión, así como por el vínculo que las dos familias mantienen con Málaga. Sin embargo, de la noche a la mañana, las inseparables amigas, que se consideraban hermanas, se enemistaron al entrar en la época adulta.
Los medios se hicieron eco de este distanciamiento cuando la hija de Kiko Matamoros celebró su 18 cumpleaños y Alejandra no acudió a la esperadísima celebración. Además, ambas dejaron de seguirse en las redes sociales, síntoma definitivo de ruptura en cualquier tipo de relación. No obstante, a pesar de haber tenido sus más y sus menos en el pasado, ambas han continuado batallando para alcanzar una misma meta: ser estrella en Instagram.
Y precisamente este ambicioso sueño, el de la popularidad, podría haber intensificado el sonado distanciamiento entre ellas. Aún así, las jóvenes han retomado el contacto y siguen trabajando intensamente para reclutar ‘likes’ y ‘followers’ a golpe de publicación. Eso sí, bajo perfiles muy distintos y por separado. Analizamos sus redes para ver quién triunfa más...
Desde que cumpliera la mayoría de edad, la vida de Alejandra Rubio ha sido una auténtica montaña rusa. La hija de Terelu comenzó esta nueva etapa asegurando que su futuro estaba apartado de los platós de televisión. La joven evitaba exponerse públicamente, manifestaba su deseo por estudiar moda y, lo más importante, mantenía privado su perfil de Instagram. Sin embargo, no tardó mucho en cambiar de opinión. Eso sí, aunque finalmente sí aceptó alguna que otra una oferta para trabajar en la pequeña pantalla, su pasión por la industria textil continuó y continúa intacta. Tanto es así que, a simple vista, el Instagram de la ‘influencer’ parece un ‘book’ profesional.
A través de la plataforma, la hija de la colaboradora muestra al mundo su particular estilo, en el que el color negro acapara todo el protagonismo. Bolsos de lujo, fotografías frente al espejo, looks imposibles, últimas tendencias y muchas gafas de monturas robustas. Hasta se puede ver una sesión profesional en blanco y negro, en la que Alejandra posa como una auténtica maniquí, y un tutorial de belleza en el que muestra a sus fans el maquillaje que normalmente utiliza. El Instagram de la joven ‘influencer’ cuenta con pocas publicaciones y, cada una de ellas, está estudiada hasta el milímetro.
La ‘instagramer’ también utiliza la plataforma para mostrar sus logros profesionales, como su debut en la pasarela de la mano de la emblemática Agatha Ruiz de la Prada o sus colaboraciones puntuales en programas como ‘La isla de las tentaciones’, reality en el que, por cierto, se entrenó como tertuliana. Por supuesto, tampoco faltan los recuerdos ni los sentidos homenaje a algunos de los miembros de su mediática familia. La joven ha eliminado cualquier rastro de referencia personal de su perfil, que antes estaba repleto de imágenes junto a Álvaro Lobo. En definitiva, poca espontaneidad y mucha ‘profesionalidad’.
Alejandra Rubio puede presumir de tener más minutos de televisión a sus espaldas, pero Anita Matamoros la ‘fulmina’ en redes sociales. La hija del colaborador de ‘Sálvame’ acumula más de 600.000 seguidores, el triple que los de la nieta de María Teresa. Eso sí, la ‘influencer’ también es mucho más activa en la plataforma, donde comparte todo tipo de contenido. Es divertida, natural y cercana con sus ‘followers’, con los que habitualmente interactúa contestando a sus preguntas, pidiendo y dando recomendaciones o aceptando sus peticiones. Nadie más que ella ‘manda’ en su perfil de Instagram, donde no solo promociona productos.
La hermana de Laura Matamoros ha hecho de Instagram su herramienta de trabajo, bajo la que ha conseguido crear un estilo propio con el que miles de jóvenes se sienten completamente identificados. La moda ha sido el ‘gancho’ principal de su cuenta, aunque también se ha subido al carro de la belleza. Trata de utilizar prendas ‘low cost’ para llegar a más audiencia, aunque también incluye productos de alta gama, solo aptos para grandes bolsillos, como complementos de Loewe, Louis Vuitton o incluso Hermès.
Con frecuencia, Anita comparte vídeos de máximo interés para su ejército de fans, en los que habla de sus rutinas de belleza, sus entrenamientos o sus últimas compras. En la inmensa mayoría, aparece con ropa cómoda y sin gota de maquillaje, mostrándose con total naturalidad.
La hija de Kiko Matamoros tampoco tiene problema en mostrar su esfera más personal en este rinconcito de la Red. Ha hablado sin tapujos de sus problemas en quirófano, ha mostrado las cicatrices que le dejó la primera operación de pecho y hasta ha presentado oficialmente a su chico, David Salvador, un joven empresario del que está completamente enamorada. Habitualmente, la joven explica cómo se encuentra, así como los problemas a los que hace frente en su día a día, a través de pequeñas píldoras en forma de Storie.
Por su puesto, en su ventana tampoco falta un buena dosis de baile y diversión.
No cabe duda de que, a pesar de que en Instagram nada es lo que parece, la espontaneidad y la naturalidad continúan siendo ingredientes fundamentales para ser estrella en la Red.