Adara Molinero reaparece tras pasar por el quirófano: "Estoy malita"
Adara Molinero pone fin a un problema de salud que sufría desde hacía tiempo
Rodri fuertes se ha convertido en el mejor 'enfermero' de la exconcursante de 'GH' tras su operación
Adara Molinero ha sido intervenida quirúrgicamente de un problema de salud que sufría desde hace años y que se había agravado en los últimos tiempos. La ganadora de 'GH VIP' llevaba mucho queriendo pasar por quirófano, aunque nunca se había atrevido a dar el paso. Acompañada por Rodri Fuertes, la madrileña ha reaparecido y contado cómo se encuentra tras esta importante intervención que cambiará completamente su futuro.
Adormilada todavía por la anestesia, la exconcursante de 'Gran Hermano 17' ha pronunciado sus primeras palabras, asegurando que venía de "echarse una siesta". Con gafas de sol oscuras y mascarilla, es difícil intuir expresión alguna en el rostro de Adara Molinero, aunque por su voz se deduce que está algo molesta. Horas más tarde, Adara ha vuelto a hablar en redes sociales confesando estar "muy malita".
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Aunque se desconoce si todo ha salido como esperaba, la tranquilidad de Rodri Fuertes parece ser un claro indicativo de ello. Mientras su novia se recupera, él la acompaña en todo momento e intenta animarla utilizando su gran sentido del humor.
Una forma de tomarse la vida que ambos consiguieron mantener hasta el último momento antes de que Adara fuese intervenida. "Ya estoy aquí. Tengo una mezcla de emociones, de nerviosismo, emoción… caca", decía ella mientras su pareja la interrumpía para completar la frase y conseguía rebajar la tensión y los nervios previos a la cirugía.
Adara Molinero se ha visto obligada a pasar por quirófano después de ver cómo empeoraba radicalmente su problema de vista. De un tiempo a esta parte, la ex de Gianmarco Onestini ha lucido gafas de ver, sin embargo, la miopía de sus ojos ha aumentado tanto en los últimos meses que últimamente no veía ni siquiera con sus lentes de contacto.
Y es que, lo que en un principio empezó siendo una leve miopía, estaba derivando en una progresiva pérdida de visión debido al aumento descontrolado de sus dioptrías. "Bueno, ya es oficial: ya no veo ni con gafas. Me ha seguido aumentando. Es muy necesario que me opere, pero ya", reconocía hace justo un mes.