Laura Escanes realiza una llamativa reflexión a través de sus redes sociales sobre su edad y su estado civil. A sus 27 años, divorciada y con una hija fruto de su relación con Risto Mejide, la influencer, que recientemente ponía fin a su relación con el cantante Álvaro de Luna, se ha parado a pensar en la "mochila" que tiene y lo mucho que esto le dificulta conocer a otras personas.
Todo esto, unido a "la poca privacidad" que tiene debido a su condición de personaje público, hace que "sienta (aunque para mí no es así) que esas mochilas, que forman parte de lo que soy y de mi vida, pesarán siempre mucho a cualquier persona que se acerque a mí".
Laura cree que eso "asusta". Y que para muchas personas todo esto será motivo de rechazo. "Como que alguien ve todo lo que significa conocerme y huye de eso. Asusta. Huye de mi vida para no complicársela. Porque es mucha carga y no le corresponde, o porque se le hace grande", cuenta a través de sus historias de Instagram.
La autora de Piel de letra ha continuado sincerándose con sus seguidores y explicando que esa "culpa" que siente, le lleva a pensar en que "tal vez es mejor" pararse a conocer a "alguien que no haya tenido hijos previamente" antes que a ella, "porque ya vengo quemada".
La catalana, que incide en la idea de que esto es solo "una reflexión sin más", no puede evitar sentir ese sentimiento de culpabilidad que le "hace sentir pequeña". Sabe que todos estos pensamientos intrusivos y son tóxicos y que no le hacen ningún bien, sin embargo, no puede evitar pensar en ello de cuando en cuando: "Es una realidad de lo que siento a veces como mujer separada, con una hija y haciendo su camino. Siempre pa´rriba, aunque a veces cueste".
Independientemente de ello, cuando consigue "localizar a esa vocecilla que me intoxica", la influencer es "consciente de la suerte" que tiene.