Carla Barber ha tomado una decisión muy sorprendente y es que ha puesto a la vente su palacete, situado en la exclusiva zona de La Florida en Madrid, pocos meses después de terminar la reforma y decorarlo a su gusto. La exconcursante de 'Supervivientes' ha confiado en un conocido agente inmobiliario para vender esta mansión de cinco habitaciones y ocho baños con jardín y piscina, por la que pide seis millones y medio de euros.

Una cifra que a muchos le parece desorbitada, como es el caso del conocido arquitecto Joaquín Torres, que ha asegurado que la dueña de las Clínicas Barber tendría suerte si consigue venderla por cuatro millones. El motivo por el que hay quien piensa que pide demasiado dinero es porque ella misma ha contado los inconvenientes de esta impresionante mansión, que data del siglo XIX.

En sus stories de Instagram, hasta poco antes de tomar la decisión de venderla, se quejaba de que con las lluvias se obstruían los canalones y las bajantes, que la pintura del techo se había desprendido y había manchado su sofá de diseño o que, cuando hizo la reforma, su arquitecta no incluyó conductos para el aire acondicionado por lo que es "asfixiante" pasar la temporada estival en la casa.

Una muy mala publicidad ahora que su agente inmobiliario está tratando de venderla en un mercado, el del lujo, en el que los clientes son muy exigentes y buscan la máxima calidad. Parece que la experta en medicina estética es consciente de que ha generado una percepción negativa de la propiedad y ahora ha adoptado una estrategia para dar una buena imagen de la misma.

Se trata de resaltar constantemente, sin ningún disimulo, los aspectos positivos de su casa. Así, lo que ha hecho ha sido volver al palacete y comentar que se siente "mucha paz" en su jardín tras un día de trabajo. Unos minutos después, compartía una foto de una lámpara de araña y resaltaba lo bonita que le parecía. Y antes de irse a dormir grababa un vídeo del jardín, completamente iluminado, junto al comentario: "Aquí las noches son siempre mágicas".

Estas tres publicaciones, hechas en las escasas doce horas que ha pasado en esta casa, dejan muy claro cuál es el objetivo ahora de la doctora, que es el de proyectar una imagen positiva de la propiedad para conseguir venderla por el dinero que pide, sin tener que rebajar su precio original o esperar durante meses, o incluso años, a que alguien quiera hacerle una oferta.